Ludopatía en los adultos mayores.

El juego es una acción humana que aparece  en las interacciones entre madre e hijo en los primeros meses de vida del menor. Estos primeros juegos consisten en que la madre pasa de cumplir una función de ser la persona que el niño quiere que sea –alguien unido a él- a ser la persona que realmente es –alguien separado de su propio hijo-. Cuando la madre puede hacer esto de manera efectiva, el niño vive experiencias mágicas.

El juego es una experiencia social  y creadora que puede ser aterradora puesto que es exploratoria. En esa medida, el juego reúne objetos o fenómenos de la realidad exterior, y los usa al servicio de la realidad interna, generando una experiencia satisfactoria.

Desde este punto de análisis, el juego es algo natural y funcional, que permite evadirse de forma momentánea de la realidad, creando un propio mundo imaginario con  mayor gratificación que el real. En muchas ocasiones, este juego se convierte en el principal y/o único interés de la vida.

Esto ocurre con la ludopatía, la cual es la adicción patológica a los juegos de azar cuya particularidad es el deseo incontrolable por seguir apostando a pesar de las consecuencias negativas que esto causa para la existencia –finanzas, equilibrio emocional, estabilidad familiar..-.

Dicho deseo incontrolable se produce por fallas que el sujeto tiene en sus sistemas de recompensas, de tal manera que aunque se tenga placer por haber ganado, se continua apostando con la expectativa de lograr mayor cantidad de dinero, más placer y reducir los vacíos que siente en su vida.

Este sujeto puede tener inconvenientes en la adecuación con su realidad puesto que la siente amenazante o muy poco satisfactoria, apelando al juego, aquella actividad que dejó un recuerdo muy gratificante en la niñez, por lo cual se desea volver a repetir.

La persona adicta al juego se aferra tanto a esta actividad porque tiene el anhelo de experimentar nuevamente el alto grado de satisfacción que vivió en los primeros juegos con su figura materna, lo cual es una ilusión que no puede convertirse en realidad, ocasionando cierta frustración en el sujeto.

Dicha frustración pretende disminuirse queriendo transformarla en algo muy similar a la satisfacción provocada en el juego con la madre, ejecutando algunas variantes a los juegos de ocio, en cuanto a la compulsión y agregando elementos  nuevos como las apuestas. Elementos que puedan dar mayores expectativas y dar más emocionalidad a la experiencia.

Algunos síntomas de la ludopatía son: Planificar continuamente como ganar más dinero por medio de las apuestas, sentir necesidad de apostar cada vez mayores cantidades de dinero, intentar controlar o detener las apuestas sin éxito, apostar para escapar de los problemas o aliviar los sentimientos y/o emociones negativas –culpa, desesperanza, soledad..-, intentar recuperar el dinero perdido con más apuestas, mentir a los miembros de la familia sobre las apuestas, poner en peligro relaciones importantes por la realización de esta actividad.

En cuanto a la particularidad de los adultos mayores, la adicción al juego, además de implicar ciertas problemática en los sistemas de recompensas como se dijo anteriormente –la necesidad por repetir el placer vinculado a los primeros juegos con la madre-, puede ser una forma de sentirse competentes y de huir de un medio ambiente que los discrimina y los considera inútiles.

A diferencia de lo que pasa con los jóvenes, quienes se enganchan a la actividad de la apuesta para ganar dinero, los adultos mayores son atraídos por los juegos de azar y las posteriores apuestas, puesto que esto es significado como una opción de ocio y distracción.

Al mismo tiempo, los adultos mayores se aferran tanto a las actividades ligadas a los juegos de azar, debido en que los empleados de los sitios donde son practicadas, muestran reconocimiento, respeto y valoración por los clientes de esta edad. Los adultos mayores, también obtienen interacciones positivas con los clientes de estos establecimientos.

De esta manera, los adultos mayores están buscando en los lugares en los cuales practican los juegos de azar y las apuestas, vinculaciones afectivas puesto que se sienten emocionalmente abandonados por sus familias. Ellos también desean conseguir lazos emocionales con pares de la misma edad.

Los adultos mayores ludópatas, tienen una gran cantidad de vacíos emocionales y un nivel inadecuado en cuanto algunas competencias emocionales. En investigaciones llevadas a cabo en el país de España, se ha asociado el juego patológico de adultos mayores con inestabilidad emocional, manejos inadecuados de las crisis, problemas depresivos, trastornos de ansiedad y sentimiento de aislamiento social.

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