La vivienda, además de ser un conjunto de paredes estructuradas de acuerdo a unos deseos, es un lugar donde se satisfacen una gran cantidad de necesidades a nivel psicológico: Proteger de los climas extremos y contener afectos, edificar los proyectos y sueños, adquisición de los valores e interiorización de las normas, pertenecer a un determinado grupo o estatus…
De esta forma, la vivienda forma parte indispensable de la identidad personal y social. Esta construcción simboliza como se ven las personas y como les gustaría ser concebidas por los demás –familia, amigos y sociedad en general-, tanto de manera individual como de manera colectiva.
La crisis de los 25 años, que se acentúa a los 30, tiene en una de sus aristas la necesidad por independizarse económicamente de sus figuras parentales. Autonomía que toma más forma cuando el individuo es poseedor de un lugar propio para vivir, se encuentra pagándolo a través de un plan con una entidad financiera, o por lo menos paga alquiler en un lugar que hace propio.
Empero, con las condiciones económicas de muchos países en las cuales predomina el empleo informal, los bajos salarios, entre otras variables, el deseo de vivir en un sitio diferente a la familia de origen, se queda solo en eso –deseo-, convirtiéndose en algo imposible para una parte significativa de la población.
La dificultad monetaria para concebir un sitio como propio –alejado del entorno familiar-, especialmente si la persona es mayor de 25 años, puede ocasionar que la vivienda familiar deje de tener una connotación especial, y se convierta en un espacio que no sirve para satisfacer las necesidades a nivel psicológico que se nombraron en el primer párrafo de este escrito.
La vivienda familiar es algo que otros han construido sobre sus sueños y en la cual el miembro mayor de la familia –abuelos o padres- es quien pone el ordenamiento, los bienes –camas, muebles, utensilios de cocina…- y las distintas particularidades en la interacción.
Desde este punto de análisis, vivir en un espacio familiar no ofrece al individuo entre 25 y 40 años la posibilidad de ser independiente puesto que las decisiones del hogar son tomadas por el dueño de este. El sujeto asume un papel pasivo que puede estar relacionado con cierto nivel de desmotivación con respecto a su existencia.
Individuo que no se ha interiorizado la competencia de empoderamiento, por lo cual se puede inferir que ha tenido vínculos disfuncionales con sus figuras parentales, y por ende, con él mismo. Vínculos que no han permitido que él atienda las exigencias culturales acerca de separar su domicilio de sus figuras parentales.
El hijo, el nieto o el sobrino que vive dentro del entorno familiar y lo ha hecho en la totalidad de su historia, puede construir una identidad social ligada a su familia extensa pero no desarrolla una identidad individual que lo diferencia de aquellas personas con las cuales interactúa un porcentaje significativo de tiempo.
Dicho individuo puede tener fortalezas en aspectos asociados a la colectividad –trabajo en equipo, adaptación, responsabilidad social, conciencia familiar, ética..- pero puede tener debilidades en características ligadas a su desarrollo personal –sentido crítico, autoconocimiento, conocimiento de su propio deseo, autocuidado, orientación al logro..-.
Dichas debilidades para desarrollar su mismisidad se podrían explicar como que esta tiene muy poca importancia. El yo ha estado inmerso dentro de una colectividad que no ha permitido la construcción de unas singularidades, formas propias de resolver conflictos, enfrentamiento con sus propios fantasmas, proyectos a un futuro lejano para separarse de este entorno familiar…
Personas formadas en este tipo de ambientes, prefieren acciones a corto plazo que arriesgarse a un futuro con alto nivel de incertidumbre, el cual implica el planteamiento a mediano y largo plazo de actividades que requerirán de bastante esfuerzo y sacrificio emocional para su realización.
Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221