
En muchos estudios, se ha informado de niveles elevados de aluminio en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer, por lo cual se ha especulado que este metal tal vez sea una causa de este trastorno. Otros investigadores han dicho que el aluminio puede ser la consecuencia de la enfermedad y no la causa.
En las autopsias a personas que han tenido Alzheimer y que han muerto, se ha descubierto que el cerebro tenía gran cantidad de filamentos enredados, lo mismo que degeneración en las dendritas –ramas de las neuronas- impidiendo el funcionamiento y la conexión adecuada de las neuronas.
De esta forma, las neuronas con fallas en las dendritas mueren. Estas neuronas junto a las que mueren por el proceso normal de envejecimiento, se acumulan formando placas seniles. Dichas placas se van acumulando con los años y son responsables de los trastornos cognitivos de las demencias.
En cuanto a causas genéticas, se han vinculado genes en los cromosomas 21, 19, 14, 12 y 1. Las investigaciones a nivel genético, han puesto a sonar una hipótesis acerca que las proteínas amiloides ocasionan la muerte cerebral que ocurre en las personas que padecen Alzheimer.
Acerca de las variables psicológicas y sociales, el estilo de vida de un individuo puede conllevar el contacto con factores que ocasionen la demencia: Dieta, ejercicio, estrés y la calidad de relaciones afectivas pueden tener influencias tanto en la aparición como en el manejo que se den a las demencias. El deterioro cerebral es un proceso biológico que también tiene influencia de los factores psicosociales.
Es necesario resaltar que el mayor nivel educativo puede ayudar a algunas personas con demencias para el mejor afrontamiento de las primeras etapas de esta patología, puesto que pueden desarrollar estrategias cognitivas que permitan sobreponerse parcialmente a sus efectos adversos.
Refiriéndose al esfuerzo para mejorar la funcionalidad cognitiva de los pacientes con Alzheimer, este depende del concepto de plasticidad cerebral –el daño de algunas neuronas puede ser compensado por la funcionalidad de otras-. Sin embargo, la efectividad de dicho tratamiento, depende de la extensión del daño cerebral causado.
Debido que no se puede mejorar daños cerebrales severos, las metas preventivas y curativas respecto de esta patología son: Tratar de prevenir ciertas condiciones, como el abuso de sustancias, que pueden conducir a la demencia, tratar de impedir que el daño se extienda y empeore, y tratar de ayudar a estos individuos y a quienes cuidan de ellos para que afronten, lo mejor posible, el avance del deterioro
Sobre los tratamientos biológico, existen sustancias que ayudan a preservar las neuronas –factores neurotrofico derivado de las células gliales-, algo que permite reducir o detener la evolución de las enfermedades cerebrales degenerativas. También se ha tenido cierto éxito con otros medicamentos como hidroclorato de tacrina y el donepexil –estos medicamentos impiden la descomposición de acetilcolina, neurotransmisor que es deficiente en las personas con enfermedad de Alzheimer-.