En el momento en que el individuo toma la decisión de tener una pareja, y más aún, cuando decida hacerla parte de su diario vivir –convivencia-, tiene que hacerlo mediante la percepción y el sentir acerca que ese colectivo entre dos personas, se comporta como un ser particular.
Así, una pareja es algo particular, más que la suma de dos partes. Características propias que serán nutridas, pero a la vez diferenciadas, de cada miembro como tal –miembro que se comporta de esa forma tanto por su historia personal como por sus vivencias con su familia nuclear y familia extensa-.
Al ser un ente peculiar, la pareja, al igual que otros seres vivos, se caracteriza por: Tener una organización propia, ejecutar diferentes funciones vitales –respiración y nutrición, metabolización, excreción-, cumplir con los procesos normales de la vida –nacer, crecer, reproducirse y morir-, reaccionar a estímulos, ser capaces de regular su medio interno y adaptarse a su medio ambiente.
Estas cualidades nombradas anteriormente, solo son posibles en la medida en que existe un dinamismo constante entre fuerzas que pretendan equilibrar el vínculo, y fuerzas que actúen para desequilibrar ese vínculo. En otras palabras, la pareja tiene un porcentaje de posibilidades de desarrollarse pero también un porcentaje de posibilidades de sucumbir. Ambos interactúan continuamente, dando como resultado la pareja presente.
Dentro de los aspectos de la pareja que ofrecen posibilidades para su desarrollo, o dicho de otra forma para su respiración, nutrición, crecimiento, y que además de esto generan herramientas para adaptarse al ambiente y regular su medio interno de manera eficiente, es el cultivo constante del vínculo de pareja.
Dicho cultivo se puede llevar a cabo mediante varias acciones: Una de ellas es propiciando espacios de dialogo de forma regular acerca de las actividades diarias, pensamientos y emociones. Oportunidad para que las dos personas implementan una introspección en pareja que permita aumentar su conocimiento, confianza, necesidad de comunicación íntima, y las habilidades de trabajo en equipo.
Estas sesiones de introspección deben asociarse con elementos empáticos y habilidades para una retroalimentación constructiva, de manera que las dos personas se sientan acompañadas y comprendidas, algo que posteriormente permitirá la creación de soluciones entre dos, o por lo menos el desfogue emocional y la disminución de carga afectiva a las representaciones traumáticas.
La segunda forma que recomiendo para cultivar el vínculo afectivo de pareja, es la creación de actividades de diversión y esparcimiento, de manera semanal, sin la presencia de los hijos y tampoco que ellos –los hijos- sean parte de las conversaciones en ese momento.
Cualquier pareja puede ejecutar este plan que no necesariamente requiere dinero sino compartir ambientes y temáticas diferentes a las habituales. Los lugares que pueden servir para este objetivo son: Centro comerciales, restaurantes, cines, parques, bares, paseos caminando, moteles…
La tercera forma para no perder el avivamiento del lazo emocional es desarrollar y mantener el lado detallista. Nunca esta de más una palabra bonita, un poema, una carta, unas flores, un chocolate o una sorpresa que pueda inducir a una sonrisa espontanea a la otra persona. Detalles que deben asociarse a la felicidad de la pareja y no al deseo de lograr una disculpa por haber hecho algún comportamiento que pudo haber afectado la relación.
La cuarta forma de cultivar la relación continuamente es tener un trabajo en equipo con la pareja y que ella –la pareja- sienta la proactividad en los diferentes desempeños que los involucren a los dos –trabajo, gastos, tareas de la casa, responsabilidades con los hijos, formulación de planes recreativos, desarrollo de espacios de unión y recreación con la familia extensa y amigos…-.
La quinta manera de conseguir la alimentación del vínculo de pareja, se consigue en la medida en que cada miembro no se quede estancado en sus características personales sino que trate de mejorarlas con hábitos físicos y emocionales saludables –cuidar su salud y arreglo personal, ejercicio y lecturas regulares, conocimiento de sí mismo, aprendizajes, mejoramiento de debilidades y maximización de fortalezas, adquisición de conocimiento..-.
Esta actitud de dinamismo personal posibilita que la otra parte intensifique sus diferentes movimientos para su desarrollo y que con ello el colectivo crezca. En caso que alguno de los dos quede relegado o se resista a esto, la pareja puede llegar a su fin.
La sexta manera que recomiendo para alimentar el vínculo de pareja es estimular el deseo hacia el otro junto a las demostraciones de afecto continuo. Cogerse de la mano, besarse, tocarse, admirar el cuerpo del otro, querer tener intimidad con la pareja y buscar espacios diferentes al hogar para estas acciones de dos.
Deseo hacia el otro que también se puede exteriorizar en aspectos insignificantes y cotidianos –comida, ver televisión, caminatas, despedirse en las noches y saludarse en las mañanas con un abrazo, beso y los mejores deseos, llamadas durante el día…-.
Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221