Dimensiones psicológicas y sociales del retraso mental.

Algunas estadísticas hablan que el retraso cultural y familiar es la causa de más del 75% de los casos de retraso mental. Los individuos con retraso cultural y familiar, presentan resultados ligeramente bajos en la prueba de coeficiente intelectual, pero  tienen habilidades de adaptación.

Dichos puntajes, generan la conclusión acerca que estos sujetos adquirieron el retraso mental por la conjunción de variables psicosociales y biológicas. Las influencias culturales que permitieron esta aparición, comprenden el abuso, rechazo y la privación social.

Una de las hipótesis que se manejan para explicar el retraso mental por factores culturales y familiares, es que estos sujetos atravesaron por las mismas etapas de desarrollo de las personas sin retraso mental, pero lo hicieron a un ritmo más lento.

Esto ocasionó que sus padres o los adultos responsables alrededor de ellos –familia extensa, profesores, tutores- no tuvieran el deseo y/o las competencias requeridas, para direccionar de manera más personalizada o buscar apoyos externos en la búsqueda del aprendizaje o de técnicas de aprendizaje que se adapten mejor a las capacidades individuales de esta persona.

El hecho que la familia no tenga el deseo y/o las competencias requeridas para dar atención a este miembro del núcleo –hijo, hermano, sobrino, nieto..- puede asociarse a la existencia de un ambiente en el cual existen situaciones de maltrato o negligencia emocional.

Los comportamientos de maltrato pueden ocurrir entre los adultos o entre los adultos con los menores de edad, lo cual afecta el deseo y las capacidades emocionales de los padres, tíos, abuelos.., para dirigir el proceso de adquisición del conocimiento de los niños o adolescentes, y ser referentes en cuanto a esta temática.

En cuanto a los factores que acompañan una familia caracterizada por la negligencia emocional, no existe la permanente preocupación y esfuerzos ligados al sano vínculo entre los diferentes miembros de la familia, a la satisfacción de las necesidades afectivas producto de la contención emocional entre sus miembros, a la adquisición de una normatividad individual, a la solución armónica de problemas y al concepto de la lucha continua para la consecución de los objetivos o deseos.

Por esta razón en un colectivo familiar en el cual predomina el abandono emocional y/o maltrato intrafamiliar, no puede haber un crecimiento de sus miembros, y mucho menos los cuidados necesarios de aquellos con alguna problemática o necesidad especial.

De este modo, el entorno disfuncional en que se encuentra el miembro de la familia que padece esta clase de retraso mental, no lo motiva en lograr mejorar su desarrollo cognitivo, utilizando diversas herramientas como potencializar sus fortalezas.

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