
Pasión es un deseo vehemente y fogoso que se experimenta al sentir una profunda atracción –más que todo sexual- hacia otra persona. Dicho deseo se encuentra asociado a la creencia de la compatibilidad entre las dos personas a nivel físico y emocional, junto a la significación acerca de sentirse enamorado.
El enamoramiento es la primera etapa del amor de pareja. Tiempo en que los dos miembros están absortos con la presencia de la otra persona o con solo el pensamiento alrededor de ella. Lapso en que la variable tiempo es un espejismo, puesto que los instantes sin el objeto amado se vuelven eternos mientras que los instantes en que están juntos pasan de forma muy acelerada.
Durante el enamoramiento, las demás características del principio de realidad tampoco se hacen presentes puesto que el deseo de la otra persona se convierte en mandato, no importa que se tenga que hacer. Existen dificultades para posponer el placer de compartir tiempo con el objeto enamorado, y se produce sensaciones similares a las alucinaciones constantes puesto que la realidad es percibida de manera muy alegre y colorida.
Aunque esta realidad del enamoramiento deje la sensación que es algo altruista puesto que los pensamientos, sentimientos y acciones están encaminados hacia otra persona, esto es solo apariencia. El trasfondo de este enamoramiento esta enlazado con una lectura parcial del objeto de amor.
Lectura producida por los propios ideales del sujeto que se enamora. El individuo prefiere no valorar en un comienzo a la otra persona tal cual es sino que la valora en la medida que satisfaga sus expectativas y anhelos, por lo cual este primer acercamiento a su pareja, tiene connotaciones totalmente narcisistas.
El enamoramiento, en el cual predomina la pasión, es el primer paso de un vínculo afectivo, el cual asemeja a una situación en que los dos miembros se quieren fusionar entre ellos, sin separación, tal como ocurrió en el lazo afectivo del hijo/a con su madre durante el primer año de vida. Una relación totalitaria y dependiente el uno del otro, sin distanciamiento.
Igual que el bebé, el adulto enamorado solo se conforma con contemplar y admirar las partes “buenas” de su objeto de amor, que en definitiva resulta siendo sus ideales construidos con base en esa madre o primer objeto de amor, como se dijo anteriormente.
Muchas parejas toman decisiones inadecuadas –convivencia, embarazos…- en este periodo de tiempo puesto que sienten ilusoriamente que el enamoramiento durará indefinidamente. Empero, aquellos que quieren creer esta historia, pueden tener inconvenientes en la adaptación con una realidad más ligada a acuerdos entre los dos miembros, que a ideales subjetivos.
Los individuos que tienen desarrollada su inteligencia emocional, disfrutan este periodo de enamoramiento pero son capaces de asimilar que esto es pasajero, y que se tiene que transformar en una pareja en que cada miembro puede observar al otro con sus rasgos positivos y negativos.
Desde el momento en que se observa y se evalúa al otro desde sus fortalezas y debilidades, se pueden producir los acuerdos inconscientes de pareja en el cual se integran las dos personas en un yo colectivo. En este punto, la pasión comienza a alejarse del enamoramiento para significarse de otra forma.
A partir del entendimiento que el objeto de amor –la pareja- es un ser con puntos positivos y negativos, la pasión se da como el resultado de la unión entre las relaciones afiliativas y el deseo sexual. Las expectativas y vivencias sexuales dependen de la calidad de los vínculos afectivos con la pareja.
Algunas parejas con lazos afectivos de largo tiempo, se olvidan de ellos mismos como un yo colectivo que debe tener actividades internas –diversión e introspección entre los dos…- para su sostenimiento y el desarrollo de vínculos tanto afiliativos como sexuales.
Este tipo de uniones solamente encaminan sus esfuerzos por cumplir con obligaciones externas –actividades con los hijos, compromisos laborales…-, por lo cual el componente pasional se adormece, y en muchos casos muere, siendo esto el preámbulo del rompimiento de pareja, o por lo menos de una relación disfuncional.