Tener inconvenientes a nivel comportamental, cognitivo, afectivo o social, genera que la mayor parte de los individuos traten de explicar este fenómeno a nivel físico, por lo cual exigen la realización de todo tipo de exámenes fisiológicos que puedan explicar dicha disfuncionalidad.
Esta conducta compulsiva de visitar a varios profesionales de la salud y de llevar a cabo diferentes análisis, tiene como objetivo, antes de la preocupación por saber realmente que esta pasando, un deseo fervoroso acerca de encontrar algo negativo que explique la disfuncionalidad, y que esta no se tenga que entender como una manifestación enteramente psicológica.
De este modo, se puede observar que las desmotivaciones hacia el trabajo, hacia la pareja, hacia los hijos, las conductas referentes a la tristeza, las malas relaciones, los trastornos de ansiedad, inconvenientes sexuales, dificultades cognitivas inconvenientes afectivos, adaptativos, seguimiento a normas, falta de deseo sexual o cualquier tipo comportamiento y/o manera de pensamiento alterada, se trata de explicar solo por razones biológicas.
Los descubrimientos neurobiológicos de las últimas décadas, incluidos los asociados a los neurotransmisores han incentivado en las personas una dificultad para apropiarse de su problemática afectiva y/o comportamental, tomando distancia de ella.
El individuo indaga obsesivamente en el campo neurobiológico, puesto que no desea enfrentarse a su realidad emocional, la cual ocasiona que se de afectación en los campos referentes a la salud mental u ocasiona que existe una interacción perjudicial entre variables biológicas y ambientales.
El ser humano se convierte en alguien proactivo para la investigación biológica de sus malestares psicológicos, pero alguien pasivo en la indagación de su ambiente y en la creación de comportamientos encaminados a mejorar este entorno que es sentido por el sujeto como nocivo o poco estimulador.
Estas personas asisten a todo tipo de especialistas para averiguar que es lo que esta mal con ellos pero no son capaces de hacer su propio proceso reflexivo, o desarrollar un proceso terapéutico que le permita llegar a su verdad sobre lo que esta ocurriendo y a su verdad acerca de quienes son.
La negación para enfrentar de manera proactiva y asertiva a un medio considerado inhóspito puede reflejar que estas personas pueden tener deficiencias para asumir la responsabilidad de sus conductas y el daño que estas puedan tener en otros.
Estas personas son las que se escudan en su patología para no tener una confrontación interna. Huyen de lo que puede generar displacer, interpretando este desorden como algo ocasionado únicamente por causas biológicas, lo cual implica no tomar el control de su propia sintomatología o no desarrollar soluciones de problemas con otros o con su propio ser.
Como conclusión, se puede decir que la falta de equilibrio biológico no es determinante para el desarrollo de estados de ánimo, comportamientos, maneras de sentir o de pensar insanos. Las variables sociales y psicológicas pueden neutralizar la alteración de las variables neurobiológicas.
Sin embargo, las personas pasivas tienen dificultades para enfrentar sanamente este desequilibrio emocional. De igual forma, las personas con rasgos narcisistas pueden evitar las confrontaciones que impliquen tomar consciencia acerca de su papel en el rasgo disfuncional, caracterizándose como víctimas de su cuerpo, negando su responsabilidad y exigiendo de los otros su comprensión y atención absoluta.