Ante el poco desarrollo del aparato fonador en el momento en que el bebe nace, él produce sonidos agudos para expresar sus necesidades de hambre, frio, sueño etc, acompañados de lágrimas que expresan sensaciones displacenteras con estas necesidades De esta forma, el llanto se convierte en una respuesta evolutiva de inconformidad del bebe ante su estado actual, algo que requiere una respuesta inmediata de su medio ambiente.
El medio ambiente del bebe esta caracterizado casi que en su totalidad por la figura materna, o quien haga las veces de figura de protección y contención, quien aprende a distinguir los diferentes llantos del menor, mediante particularidades como contexto, tono o lapso de tiempo.
Cada que se presenta este llanto, la madre sabe, casi que con exactitud, que necesidad atender, algo que los otros adultos, exceptuando el padre en algunas ocasiones, no son capaces de distinguir. De esta forma, el llanto se convierte en un “lenguaje secreto” entre el niño y la madre o figura cuidadora. “Lenguaje secreto” que causa bienestar al adulto puesto que esta es la forma para seguir manteniendo su relación fusional con él y no sentir la ansiedad por pensar que el bebé se está separando de ella, con su crecimiento.
En este instante, la madre produce que el bebe tenga un reforzamiento del llanto y lo utilice para beneficios personales diferentes a su función original que fue la expresión de sus necesidades mientras no tenía un aparato adecuado para construir palabras o sonidos cercanos a estas.
Por esta razón, se puede observar como los bebes siguen produciendo llanto con signos de desesperación, a pesar que tienen satisfechas sus necesidades primarias, como son alimentación, descanso o limpieza, y a pesar que ellos pueden significar con palabras sus deseos o algunas de sus incomodidades.
Estas conductas del bebe ocasionan que la persona que este cuidando el niño/a en ese momento, se desespere por el sonido tan agudo del llanto y se desespere por la posible connotación negativa que tengan las demás personas sobre el niño y sobre ella como persona cuidadora del infante.
Dicha desesperación del adulto y su deseo por calmar este “berrinche” –llanto acompañado de movimientos corporales como tirarse al piso, contestar grosero, patear cosas- del niño, permite que él pequeño tenga acceso a todos sus deseos y manipule a los adultos a su antojo, aún después que ellos han dicho que no ante algún requerimiento del pequeño.
El llanto se convierte en una herramienta de manipulación cuando este se presenta en un contexto no relacionado con la satisfacción de las necesidades primarias o cuando se presenta en un contexto no relacionado con la expresión del alto nivel de dolor o alto nivel de tristeza.
En este contexto, el “berrinche” significa un deseo narcisista del niño asociado para hacer lo que desea y a no someterse a lo prohibido, con lo cual, pueden existir problemas en el sometimiento a la cultura y en el sometimiento al lenguaje en la medida en que el adulto satisface las motivaciones del “berrinche” y en la medida que no se logre neutralizar en el niño su atracción por ejecutar berrinches.
Para quitarle fuerza a la presentación del “berrinche” en los niños o para evitar que estos no se presenten, se necesita llegar a acuerdos entre los padres sobre como manejar al infante, de manera que ambas figuras parentales tengan una unidad en manera de actuar sobre normas, castigos, prohibiciones y manera de manejar diversas situaciones conflictivas.
Después de estos acuerdos, los padres deben acompañar e incentivar en sus hijos la realización de actividades que desarrollen su inteligencia emocional, especialmente las referidas a la expresión sana de sus emociones, junto a la autorregulación de estas y el conocimiento de sí mismo.
Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221