El riesgo de reposo en cama constante para los embarazos de alto riesgo.

Un embarazo de alto riesgo se define por aquel estado de preñez que pone en riesgo la salud de la madre o la del feto. Algunos de estos embarazos tienen complicaciones desde el momento de su inicio, mientras que otros se significan de esa manera con el transcurrir de los meses.

Las recomendaciones de algunos médicos, especialmente en épocas pasadas, se relacionan con reposo total desde que es diagnosticado el alto riesgo, algo que implica que la mujer deba estar en cama por mucho tiempos, algunas durante los nueve meses que dura el periodo de gestacion.

Sin embargo, cada vez son menos los médicos que recomiendan esta medida tan radical, puesto que puede suponer diversos riesgos para lo corporal y emocional: Coágulo sanguíneo en una vena de la pierna como en una vena profunda, disminución de la masa ósea, desacondicionamiento muscular y vascular, estrés provocado por el sentimiento de culpa, problemas en el cuidado de los otros niños, preocupación por el trabajo y por las finanzas…

Ampliando acerca de la parte psicológica, la madre con un embarazo de alto riesgo tiene una alta intensidad de emociones negativas debido a su situación actual y debido a la posibilidad por la eventual presentación de alguna complicación mayor en el presente o en el futuro.

Emociones negativas que impiden pasar un embarazo con tranquilidad, así como también ocasionan que ella no se conecte funcionalmente con sus cambios corporales, y mucho menos lo haga con su bebé, especialmente en sentir su crecimiento, sus movimientos…, alegrándose por esto. Esta disfuncionalidad se caracteriza por una comunicación exagerada y alterada consiga misma y con su bebé, o un escaso intercambio afectivo con su mismisidad y con el pequeño, convirtiendo su manera de pensar y de sentir en algo enteramente asociado con lo lógico y razonable.

Dicho estado de ánimo alterado, se magnífica cuando la madre ha tomado la decisión, la mayoría de las veces por recomendación de un profesional de la salud, de quedarse en cama, puesto que no tiene la opción de pensar en otra cosa, lo cual desestabiliza la corporalidad y el funcionamiento corporal.

El riesgo constante de un aborto natural puede estar cimentado en el poco deseo, el cual puede ser inconsciente, de la madre por estar en embarazo o el rechazo, sentir que también puede ser latente, con tener una relación parasitaria con el bebé, y que esto altere su cuerpo de una forma que ella no quiere, ocasionando una hostilidad inconsciente del cuerpo de la madre a la nueva criatura que crece dentro de sí misma, afectando el vínculo simbólico entre los dos.

Esto unido a la determinación, muchas veces obligada por un tercero que le han dado la significación que persona con saber –médico, madre, enfermera, suegra..- acerca de quedarse en cama, incentiva más emociones displacenteras de la madre hacia el su hijo.

Con el poco deseo inconsciente de la madre, ella solo recuerda que se encuentra en embarazo a través de los estímulos y emociones negativas que siente, produciendo que, durante los nueve meses del tiempo de preñez, la significación que los padres y la familia extensa realicen del pequeño, sea cargada de dudas e incertidumbre.

Antes de nacer, el sujeto es representado por significantes y significados adversos que pueden transformarse cuando aparece el bebé real. A pesar de esta capacidad, los primeros significantes y significados negativos, sobre todo de la madre, quedan interiorizados, por lo cual la totalidad de la vida de este nuevo ser, incluyendo su partes del cuerpo, y su funcionamiento corporal, el cual incluye también el emocional, pueden estar impregnados de negatividad, cuestionamientos y limitantes.

Además de esto, las emociones negativas de la madre, ocasionan  que el pequeño, dentro del vientre, la represente de manera perjudicial , por lo cual cuando nace no tiene una representación de bondad de ella. Una  representación buena permitiría contrarrestar las emociones negativas producto de los momentos en que el hijo interpreta a su madre como mala –no atención inmediata de sus deseos como comida, abrigo, sueño…, imposición de horarios..-.

El pequeño queda marcado por las representaciones nocivas que se le han otorgado desde antes de nacer, adquiriendo como parte de su mismisidad aquello relacionado con la disfuncionalidad, basando sus comportamientos y procesamiento de la información –pensamientos, emociones, sentimientos..- en lo dañino para sí mismo.

El deseo del hijo se pierde y la imagen inconsciente del cuerpo depende exclusivamente del limitante. Una imagen inconsciente del cuerpo construida solamente desde la prohibición puede originar desestructuración y desequilibrio emocional, elecciones disfuncionales de pareja, crianza inadecuada de los hijos, estados emocionales depresivos..

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