En el presente escrito, se explicará la forma en que el objeto o fenómeno transicional, adquiere su connotación, de acuerdo al marco conceptual de Winnicott. Adicionalmente, se desarrollara el concepto de este autor sobre el juego como una actividad transicional.
Winnicott refiere que la madre buena o funcionalmente capaz es aquella que adapta el ambiente a las necesidades de su hijo, permitiendo que él desarrolle habilidades para adecuarse a su medio ambiente. Para realizar este proceso de forma sana, el niño debe tener una percepción adecuada, facultades cognitivas con desempeño eficiente, utilización de satisfacciones autoeroticas –en los primeros meses de vida, es erotismo oral, por lo cual debe existir la posibilidad de usar el puño o los dedos para este fin-, el recuerdo y la facultad para revivir experiencias –fantasías y sueños en donde se integra pasado, presente y futuro-.
Enseñar a su hijo permite desarrollar en él potencialidades para que se adapte funcionalmente al ambiente, algo que a su vez implica que el pequeño conozca su capacidad para enfrentar el fracaso y tolerar la frustración, y de este modo, permitir su acercamiento a la realidad.
En este proceso, el bebé puede sacar provecho de la frustración, pues ella permite que los mismos objetos puedan ser odiados y amados –el niño percibe que el objeto es amado cuando le permite cumplir sus deseos inmediatamente, mientras el objeto odiado se asocia con las prohibiciones que sufre el niño o con la posposición de la satisfacción de su deseo-. Por el contrario, si todo resulta bien, el niño se adapta a la situación, no pudiendo generalizar o comenzar una relación sana con el mundo exterior.
El autor señala que recién nacido, el bebé no tiene separación con su madre, creyendo que el pecho de la figura materna es parte de él. Con el tiempo, la madre debe quitar esta fantasía, de forma gradual, pero para lograr esto, debe formar herramientas para que él niño soporte esta desilusión.
Los fenómenos u objetos transicionales es la primera etapa en la cual el individuo se separa y se desilusiona sobre estar pegado a su madre. La desilusión gradual permite realizar el destete -el ser humano tiene una constante tensión con vincular la realidad interna con la externa, esta tensión es solucionada por la existencia de algo intermedio como son los objetos o fenómenos transicionales-.
La importancia de los objetos o fenómenos transicionales, ocurren en un ambiente de continencia entre el hijo y los padres, en el cual ellos son intuitivos de la tensión de su hijo del afuera con el adentro, por lo cual incentivan la adquisición de fenómenos u objetos transicionales. Estos se descargan en la medida en que se desarrollan los intereses culturales.
Uno de estos intereses culturales esta dado por el compartir una actividad del juego, la cual se implementa consigo mismo en la primera etapa, pasando por una interacción con el otro en la cual existen reglas objetivas y subjetivas, y finalizando con una etapa en que el juego es entre varios y se rige por reglas objetivas.
Antes que el niño sienta felicidad y bienestar por jugar en solitario, esta actividad es significada positivamente por el infante, pues ocurre en un espacio potencial entre el bebé y la madre. Estos son juegos en que la madre pasa de cumplir una función de ser la persona que el niño quiere que sea –alguien unido a él- a ser la persona que realmente es –alguien separado de su propio hijo-.
Cuando la madre puede hacer esto de manera efectiva, el niño vive experiencias mágicas. De esta manera, el juego es algo que une el hijo con su madre. La disociación del sentimiento hacia la madre –amor y odio- es esencial para la interiorizacion de la madre como su ser integral.
El juego es una experiencia social y creadora que puede ser aterradora puesto que es exploratoria. En esa medida, el juego reúne objetos o fenómeno de la realidad exterior, y los usa al servicio de la realidad interna –inviste elementos exteriores de significación, tal como se hace en el sueño-.
El juego es una actividad que compromete el cuerpo debido a la manipulación de objetos y debido que algunos intereses se asocian con la excitación corporal. El juego en general es satisfactorio, y cuando se produce una ansiedad muy alta, el juego se destruye. El juego se satura o termina cuando puede contener experiencias.