Formación en el pensamiento crítico de los niños.

El pensamiento crítico es aquel que permite desarrollar la interpretación propia de los diferentes fenómenos de la realidad, mediante la realización de cuestionamientos, procesamiento interno de la información y generación de conclusiones.

El pensamiento crítico esta influenciado tanto por variables internas como por variables externas. Las variables externas se refieren a los datos que se están analizando, mientras que las variables internas se refieren a la historia individual que determina las preguntas o la direccionalidad de la investigación, permitiendo de esta manera determinada lectura de la realidad.

La adquisición del pensamiento crítico genera un sinnúmero de beneficios a nivel personal como grupal. En efecto, esta competencia permite un mayor desarrollo de las facetas cognitiva, adaptativa, afectiva, motriz y de lenguaje, en la medida en que el sujeto da un sentido a cada información o proceso del cual se apropia.

Desde este punto de vista, las figuras formadoras como padres e instituciones educativas deben centrar sus esfuerzos para la creación y el fortalecimiento del pensamiento crítico en las distintas etapas cronológicas del ser humano. Incluso, es importante que exista un dialogo entre estos dos entes –figuras parentales y escuela- para logar resultados óptimos.

Por el lado de los niños menores de seis años, los padres son los principales encargados de ofrecer este tipo de formación en su pequeño. Ellos deben permitirle conocer distintos ambientes a través de paseos –parques, barrios de la ciudad u otras localidades -, distintas realidades a través de documentales –animales, plantas, historia o sitios turísticos- o historias ficticias como cuentos infantiles, estimulando en ellos sus deseos de exploración de esos ambientes o realidades e incentivando cualquier clase de pregunta alrededor de estas actividades de bienestar y aprendizaje.

Los padres pueden decir lo que piensan a su hijo acerca del ambiente o la actividad que están compartiendo, algo que ayudara que ei infante pueda obtener más informaciones y tenga mayores elementos que le permitan ofrecer una interpretación propia.

Cuando los niños hayan tenido suficientes datos, papa o mama cuestionaran a su hijo sobre el entendimiento propio sobre aquella realidad o historia ficticia. Estas preguntas se necesitan llevar a cabo dependiendo de la edad del niño, y deberán ser didácticas para aumentar la motivación ante estas actividades.

En caso que el niño todavía no se comunique por sí solo o este en el proceso de dominio del lenguaje, los padres deben “prestarle” palabras en cuanto la realización de preguntas o la interpretación de diversas temáticas de la realidad que están explorando.

Otro ejercicio que puede servir para desarrollar el pensamiento crìtico en el hijo son los juegos simbólicos en que el menor interpreta algo o alguien distinto a él. Los padres deben explicarle al hijo como es el papel que va a interpretar, y después de hacerlo, el menor responderá cuestionamientos sobre el personaje o la cosa que representaron. Este ejerccio tambièn permite desarrollar la empatía y disminuir el egocentrismo en el infante.

Este proceso debe ser una actividad motivada por los padres, cuyo objetivo sea intensificar el vínculo afectivo entre padres e hijos y propiciar en el menor, una creación del lazo afectivo con la acción de exploración, formulación de cuestionamientos y significaciòn propia.

Acerca de los niños entre seis y doce años, los padres deben crear momentos dicácticos con sus hijos cuyo fin sea la formación en el pensamiento crítico y deben tener comunicaciòn contante con la instituciòn educativa acerca de la manera de desarrollar dicha competencia.

En cuanto a los momentos didàcticos entre los padres e hijos, estos se pueden dar por el conocimiento de diferentes ambientes con la investigación acerca de ellos antes de hacer un paseo, la creación de espacios reflexivos para la discusión y la interpretación de realidades del colegio o de los grupos de los cuales hace parte, obras literarias o el entendimiento de la realidad del otro, simulando ser ese otro en un juego de roles con las figuras parentales.

Además de estos espacios para fomentar esta competencia, los padres también pueden hacerlo con el debate asertivo entre ellos, en los cuales cada padre exprese su interpretaciòn ante una realidad determinada con argumentos sólidos, e inviten a su hijo para formar parte del debate, comunicando su pensar.

Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221

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