Hábitos emocionales saludables.

Las emociones provocan respuestas psicológicas y fisiológicas, tal como se dijo en los dos últimos escritos. También se  dijo que las emociones de alta intensidad, pueden ocasionar reacciones no mediadas por el pensamiento, por lo cual no se valoran objetivamente.

Al no valorarse de esta forma, el individuo sobredimensiona su fuerza, y lo puede generalizar a situaciones que no merecen semejante connotación, produciendo la misma la respuesta de huida o lucha, ante estimulos de baja o mediana intensidad que asemejan un evento displacentero ocurrido en el pasado.

Un ejemplo de esta explicación, puede ser cuando se visualiza un entorno familiar que se caracteriza por gritos constantes entre los padres producto de conflictos que ellos no pueden solucionar de manera asertiva. El niño pequeño, piensa, siente rechazo y deseos de huir puesto que los altos niveles de voz de papá y mamá, ocasionan sentimientos negativos.

Respecto de este niño, veinte años después, no soportartará algún tipo de situación conflictiva con alguien, huyendo del lugar en que se presente, a pesar que este inconveniente tenga poco grado de intensidad. En este caso, el adulto sobredimensiona la discusíón que tuvo con cierto compañero de trabajo y no la quiso enfrentar de forma asertiva.

Como este ejemplo, pueden existir muchos más en los cuales el manejo interno erroneo que se haga de las emociones puede dar como resultado inconvenientes en la adaptación del individuo, por lo cual el autor propone ciertos hábitos para manejar las emociones de forma saludable dentro del hogar:

1.Incentivar en la pareja y en los hijos, la expresión saludable de las emociones con las vivencias, especialmente con las conflictivas o las provocadoras de sensaciones displacenteras. Esto tendrá como propósito conseguir que las emociones puedan ser mediadas por la palabra y conocidas por la parte del neocortex.

Generar en la familia, un ambiente de dialogo a nivel emocional permite un mayor conocimiento entre los miembros y al interior de cada miembro. Dicho dialogo no debe reemplazar el castigo o la sanción, en  caso que esta se coloque, debido a un comportamiento inadecuado, sino que será un complemento para el proceso de la adquisición de una norma social.

2. Tener espacios de introspección individuales acerca de sus emociones, sentimientos, historia … y estimular que los miembros de su entorno familiar tengan estos diálogos consigo mismo. Este hábito se estimula en los hijos con la relación cercana e interesada en sus diferentes vivencias, pensamientos y emociones alrededor de ellas, para después enseñar acerca que este compartir entre padres e hijos, se debe transformar en un ejercicio cotidiano de meditación personal.

3. Las figuras parentales deben tener un manual de normas consensuado y respetado en su implementación por los dos. Dicho manual tendrá como objetivo conseguir que el hijo adquiera una normatividad social y se pueda adaptar a ambientes determinados.

La respuesta negativa –reacciones desadaptativas como desobediencia o berrinche- del menor a las prohibiciones, será sancionada o castigada, algo que necesita estar acompañado de una exigencia a pensar en sus emociones de odio o rabia ante este momento.

4. Acompañar al hijo o a la pareja en los más importantes procesos o situaciones de su desarrollo, especialmente aquellos que propicien emociones  de tristeza, miedo o amargura, e instarlo para que hable sobre sus características, su origen y las acciones que tomará para transformar esas emociones negativas en resultados positivos.

5. Manejar un ambiente familiar funcional caracterizado por la sana solución de conflictos, comunicación eficaz –particularmente en los aspectos relacionado con el tono de voz a nivel medio y con los mensajes explícitos y no agresivos- y el trabajo en equipo entre los dos padres.

6. No inhabilitar o desprestigiar ninguna exteriorización asertiva de alguna emoción, aunque esta incentive posibles crisis, pero si oponerse y sancionar aquellos comportamientos maltratantes o que pueden evaluarse como disfuncionales.

7. Crear algunas reglas familiares de lo que se debe hacer en caso que la emoción de alguno de sus miembros se desboque hasta tal punto que atente contra la tranquilidad del colectivo – reglas que pueden ser el abandono momentáneo de la casa, tomar aire, la cancelación del tema…-

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