Los comportamientos religiosos se convierten en rituales obsesivos que el ser humano ejecuta para deshacerse de sus deseos reprimidos que van contra la integridad física y emocional de los otros, lo mismo que para deshacerse de sus emociones displacenteras –odio, inseguridad, ignorancia, indefensión-, y para permitirse ilusionar cosas o encomendar la “buena fortuna” de obtener proyectos a futuro. De esta manera, la religión se convierte en una alternativa para disminuir el malestar de vivir en sociedad y para reducir el malestar del no saber
Algunos de estos comportamientos son la realización de ceremonias religiosas en iglesias o en lugares adecuados para ese fin, la lectura de la palabra de dios y la acción de orar. Estas conductas se pueden dar de manera solitaria o en encuentros religiosos llamados misas, que tienen innumerables significados para los creyentes, quienes la significan como oportunidades para lograr una comunicación con la deidad y mostrarle que es fundamental en la vida.
Empero, esta comunicación con la deidad es algo imaginario puesto que la persona se esta conectando con la parte de su ser significada como ejemplar. De esta forma, el concepto de dios es el ideal del ser, aquello a lo cual todos queremos llegar pero es imposible por su perfección.
Ideal del ser que se estableció antes de los ochos años de años, gracias a una sana relación entre padre, madre e hijo/a, y gracias a una sana relación entre los dos padres. Ideal que el ser humano siente la necesidad de exteriorizarlo en una deidad con el propósito de no encarar sus propios deseos, miedos, angustias, odios, cuestionamientos, inseguridades…. sino dejarlos en manos de alguien externo –una deidad- que le ayude a calmar esos estados displacenteros, o por lo menos a mitigarlos.
Las personas que necesitan creer en dios y en todos los aspectos concernientes a él –palabra, historia, milagros-, necesitan un guía. Alguien imaginario en quien pueda sostenerse emocionalmente tanto en los momentos positivos como en los negativos y alguien en quien pueda tomar su palabra como verdad absoluta.
Estos individuos no cerraron de manera funcional el círculo afectivo con sus padres y pretenden repetirlo con el concepto de la deidad, quien le ofrecerá soporte afectivo, pero al mismo tiempo exigirá el cumplimiento de la normatividad, con la promesa de una vida eterna y “maravillosa” después de la muerte.
Dicha promesa se convertirá en realidad solo si el ser humano domina sus instintos y es capaz de tener una convivencia armónica tanto con la sociedad como consigo mismo. Exigencia que no ha sido planteada por la deidad, puesto que esta no existe, sino por el ideal supremo del individuo. Ideal que se puede observar en los valores morales de la sociedad, o en la normatividad interiorizada dentro del individuo, en caso que él haya tenido un vínculo afectivo sano con su entorno familiar cercano.
Desde este punto de vista, las deidades o dioses que la cultura ha creado, tienen la función de fortalecer una moral social y ser la figura continente que los sujetos pueden acceder en caso de cualquier crisis. Dios social que este instaurado desde la perfección o sea desde la línea a la cual el hombre nunca va a poder llegar debido a sus características “animales”, pero que necesita tener presente para dirigir su manera de actuar y de pensar.
Al crear los dioses sociales, mediante los diferentes tótem que después se personificaron dando origen a las religiones actuales, la sociedad esta dando una moralidad única, protegiéndose de esta forma, de las consecuencias negativas originadas por las posibles distintas interpretaciones de lo correcto que se podrían dar en caso que el sujeto haya crecido en un contexto disfuncional.
A pesar de esta moralidad única que la sociedad ha querido instaurar mediante la creación de deidades con sus respectivas creencias y libros sagrados, muchos grupos religiosos ortodoxos actuales y pasados, no han tenido en cuenta este propósito, profanando estos preceptos morales por medio de asesinatos y generación de guerras o de discordias entre los pueblos, discriminando a muchas colectividades o sujetos por pensar diferente.