La creación cultural de dios.

Como muchos estudios antropológicos han mostrado, la especie humana en sus orígenes se tuvo que agrupar en clanes como medio de defensa ante posibles ataques de otras especies animales mas fuertes. En esos comienzos de agrupación, los humanos tuvieron que crear ciertas reglas entre ellos para la sana convivencia.

En ese punto de la evolución, la inteligencia humana no se había desarrollado lo suficiente y los machos dominantes eran las personas que tenían mejor dotación física. Machos dominantes que impusieron la norma, a los otros machos del clan, de no tener contacto sexual con las hembras de ese clan.

A pesar de esta prohibición, los machos mas jóvenes instintivamente pelearon y vencieron al macho dominante. Empero, este acto de barbarie no  generó que los machos tuvieran relaciones con las hembras del clan sino que genero temor y consecuencias en la incipiente conciencia moral de los primitivos, por lo cual el padre muerto  fue santificado y se  puso como un símbolo que protegía pero que castigaba a los miembros del mismo clan.

El símbolo del padre asesinado se modificó por un animal en la etapa totémica, y después paso a ser dios en la etapa de la religión. Una santidad que protege pero castiga, exige el cumplimiento de la normatividad para vivir en sociedad y ofrece tranquilidad en los momentos angustiantes de la vida o en los momentos angustiantes por no saber acerca del futuro o acerca de la muerte, mediante la oración –comunicación interna entre el sujeto y su dios-

Este dios de la religión tiene mucha similitud con las figuras sagradas del totemismo puesto que los clanes creían que estas figuras eran las encargadas de provocar todas las cosas que el hombre deseaba –protección, fertilidad, ausencia de enfermedades, sanación, fin de guerras, prosperidad etc-, solo si este deseo se producía en ritos colectivos y con la presencia de magos que después fueron llamados sacerdotes.

La época religiosa generalizo las normas de sana convivencia que había en la época totémica y anexo otras leyes indispensables para el buen funcionamiento colectivo. Esta época religiosa se valió de sucesos de la historia, los cuales fueron modificados para la mejor ejemplificación en la enseñanza de preceptos morales y la sana convivencia. Historias plasmadas en los libros de las diferentes religiones.

Tanto los libros sagrados de las diferentes religiones como los relatos de las distintas personas “seleccionadas y bendecidas” por el dios de las religiones o por el totem en la época del totemismo, se han encargado de comunicar acciones que no tienen ninguna explicación científica, por lo cual se han llamado milagros. Los milagros son historias que se cuentan para darle credibilidad a la religión, y que cada vez que se relatan, se añade algún elemento misterioso, de tal manera que se convierte en algo difícil de creer, excepto por la acción del tótem o dios.

Finalmente, tanto los pueblos totémicos como los pueblos religiosos tienen similitudes en los comportamientos omnipotentes referido a que el desear y el pedir con devoción algo, tanto al tótem como a Dios, permite conseguir lo que se desea, siempre y cuando este deseo no tenga contradicción con los preceptos que permiten la convivencia funcional.

Esta omnipotencia del deseo ha tenido cierta transformación desde que apareció el método científico, el cual exige que además de desear y rogar al tótem o a dios, sea necesario diferentes pasos o un procedimiento particular determinado para lograr los objetivos que se quieren.

La principal conclusión de este escrito es que dios es una creación cultural del hombre, creación que empezó desde antes de la sociedad totémica, debido a la santificación del padre asesinado por miembros del mismo clan, y que se complejizo con el periodo religioso y la posterior división en distintas religiones.

Así, el asesinato del macho dominante, es similar al pecado original en el cual se desobedece a dios mediante la búsqueda del conocimiento, pues son acciones que dejan una culpa que da origen a  las normatividades, mandamientos etc. Esta culpa también provoca el miedo ante la figura del padre asesinado o dios, la petición de su misericordia constante y el encomendamiento de la totalidad de sus comportamientos y de los resultados frente a estas actuaciones.

De esta manera, el dios creado socialmente se consolida ayudado por espacios  culturales para su adoración, su rendición de cuentas y la petición para la generación de algunos privilegios. Dios social que, en la fantasía del ser humano proporciona la tranquilidad y la fortaleza interna para soportar los malestares de vivir en una cultura y ofrece una explicación “mágica” ante el suceso de la muerte, pero en realidad es una proyección de la fuerza y normatividad individual, la cual soporta la enseñanza de los preceptos morales,  permite depositar la angustia del no saber y de la muerte, y a la vez permite desahogar nuestras amarguras y sentimientos negativos ante diversos recuerdos o vivencias.

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