
La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor musculoesqueletico generalizado, acompañado por fatigas, problemas de sueño, memoria y estado anímico. También pueden existir problemas del sistema nervioso autónomo –taquicardia, mareo, temblor..-, malestar abdominal, síndrome del túnel carpiano, trastornos afectivos y cognitivos…
Debido a la fatiga que presentan los individuos que tienen fibromialgia, muchas veces esta se confunde con el síndrome de fatiga crónica. Empero, algunas personas padecen los dos trastornos –fibromialgia y fatiga crónica- de forma simultánea.
Los investigadores creen que la fibromialgia amplifica las sensaciones de dolor porque afecta el modo en que el cerebro y la medula espinal procesan las señales de dolor y de no dolor –las personas que tienen fibromialgia sienten dolor cuando responden a elementos que no suelen ser dolorosos como el estrés-.
En algunas situaciones, los síntomas de la fibromialgia pueden comenzar después de un evento, como un traumatismo físico, cirugía, infección o estrés significativo. En otros casos, los síntomas se acumulan progresivamente con el tiempo, no necesitando de algún desencadenante para su aparición.
En la población adolescente, la fibromialgia también se acompaña de problemas definidos por el pobre funcionamiento social, ausentismo escolar, puesto que se presenta la sensación de cansancio y de enfermedad como tal, e inconvenientes para dormir –se despiertan a menudo en las noches y al otro día se sienten muy cansados-. En estos casos, también se puede presentar apnea del sueño o síndrome de piernas inquietas –necesidad irresistible de mover las piernas, generalmente durante la tarde o noche-.
Muchos autores han enlazado la fibromialgia de niños, adolescentes y adultos jóvenes, con somatizaciones del musculoesqueletico causadas por un problema asociado al trastorno depresivo o de ansiedad, algo que no se cumple en la totalidad de los casos.
La fibromialgia no se puede curar pero su tratamiento para controlar sus síntomas, depende del desarrollo de formas para enfrentar, y por ende, disminuir el dolor, mejorando tanto la salud como la calidad de vida del afectado. Dicho tratamiento abarca cambios de estilo de vida y medicación.
Concluyendo, varias investigaciones han expresado que la fibromialgia es uno de los síntomas más comunes de dolor crónico generalizado. El tratamiento más eficaz para esta disfuncionalidad con componente físico y emocional, consiste en la integración entre lo farmacológico y lo no farmacológico –tratamiento psicológico, fisioterapia, acupuntura…-.
En cuanto al enfoque psicológico, este permitirá que el adolescente comunique sobre la percepción subjetiva acerca de su dolor o malestares corporales que imposibilitan su vida cotidiana, todo esto bajo una escucha terapéutica que no juzgara dicho sentir, sino que lo estimulará para asociar sobre los dolores que se convierten en palabras, descubriendo su verdad referente a esa intensidad de esos dolores corporales que siente padecer.
Igualmente, el proceso psicológico permitirá que el sujeto, en este caso el adolescente convierta en palabra su conocimiento inconsciente acerca de las ganancias que están produciendo aumentar la magnitud de sus dolores concibiéndolos en algunos casos como intolerables.
El tercer objetivo macro de la terapia es la creación de alternativas personales para neutralizar y/o disminuir la presencia de un dolor desequilibrado cuando este aparezca. Alternativas que solo son posibles cuando haya existe un camino introspectivo en el cual se han explorado los vínculos emocionales a través de su historia, el tiempo en que apareció los dolores junto con el recorrido que ha tenido, y las ganancias de las dolencias o malestares insostenibles.