La formación en la capacidad de organización y planeación de los niños.

La organización es una competencia que los niños empiezan a conocer y tener contacto con ella en los primeros meses de vida. En efecto, ellos, entre el segundo y el tercer mes comienzan a ser enseñados por su figura materna para que organicen sus horarios de alimentación y sus horarios de sueño, dando como resultado el desarrollo de hábitos de comida en horas estipuladas y el paso completo de la noche sin despertarse.

Durante ese primer año, el niño visualiza como sus figuras parentales organizan las cosas dentro de la casa –habitación, lugar de estudio, la cocina-, por lo cual el infante comienza a darle, por modelamiento, una significación positiva al concepto de organización.

Más tarde, después de cumplir el primer año de vida, el padre debe cortar la relación fusional entre el hijo con su madre, mostrándole al infante que se encuentra dentro de una cultura, que le exige el cumplimiento de normatividades con la dejación de sus conductas egocéntricas. Algunas de estas normas consisten en la organización de los objetos que fueron manipulados por él.

Como ejemplos de estas normas, podemos nombrar la ayuda para el ordenamiento de su habitación, organización de sus juguetes o de los ambientes que el niño haya utilizado. Estas son tareas que los padres requieren llevarlas a cabo con su hijo y exigirle que él coopere en estas actividades.

La capacidad para la adquisición de normas y la capacidad de organización del niño se pueden desarrollar en la medida que se complejicen las capacidades cognitivas, motrices, afectivas, adaptativas y de lenguaje Por esta razón, a partir de los dos años y medio, el niño se encuentra en capacidad para realizar por sí mismo algunas actividades simples de organización –tender su cama, guardar sus juguetes- o de apoyar a los padres en otras labores de ordenamiento.

En la medida que crezca el niño, los padres podrán complejizar más las tareas de organización que su hijo debe hacer, lo cual será estimulado por el modelamiento de ellos y también porque estas acciones provocarán un reconocimiento verbal o amoroso de los padres hacia el hijo.

Con estas actividades de organización y en general con las actividades que tienen el carácter de obligatoriedad, los padres podrán introducir en su hijo el concepto de planeación, incentivando que el menor se concientice que cada acción o cada proceso está compuesto por pasos para llegar a un objetivo particular.

De esta manera, organización y planeación se convierten en dos ideas que van unidas, y que pueden intensificar el vínculo afectivo entre padres e hijos puesto que permiten el mejoramiento de la comunicación, la interiorización de normas y el aprendizaje en el niño de maneras de solucionar problemas o de conseguir objetivos.

Con el crecimiento cronológico del infante y depende de su desarrollo psicológico, las figuras parentales podrán profundizar en las labores de organización y planeación para algunas actividades. Profundización que puede llevar valores esperados en cuestiones como estudio o rendimiento deportivo.

Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221

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