La inteligencia formal del adolescente.

Una de las explicaciones que existen acerca del procesamiento de la información, explica que en el periodo de adolescencia, o sea de los 12 a los 18 años, el individuo desarrolla la inteligencia formal. Autores como Piage e Inhelder en 1958 describen que en esta edad, se adquiere la capacidad para pensar de manera abstracta, manipulando ideas en la mente, sin la presencia física el objeto.

De esta manera, el adolescente puede provocar procesos de pensamientos y comunicar sobre sucesos que no ha experimentado en la vida real, sacando conclusiones al respecto. Estas conclusiones de un fenómeno determinado, se pueden generalizar a más situaciones que tengan vínculos en común, permitiendo que el adolescente cree predicciones.

El adolescente está estrenando esta capacidad de pensamiento, algo que implica su deseo constante de manipulación hasta dominarla. Deseo de manipulación que empieza con las actividades estudiantiles pero llega a todos las facetas de la vida del sujeto.

Debido a esto, junto a la predilección de los adolescentes por interactuar en grupos, las personas de esta edad se motivan para desarrollar espacios de discusiones sobre temas determinados en la familia y en los diferentes colectivos de los cuales hace parte.

Aprovechando el deseo por la controversia de los adolescente, los padres y las instituciones educativas requieren fomentar estas actividades para desarrollar conocimientos y competencias, con lo cual el individuo puede, de manera proactiva, adquirir saberes y desarrollar comportamientos.

A pesar que el pensamiento formal, apertura los procesos de conocimiento hacia una realidad abstracta y sin depender de la manipulación concreta del objeto, esta nueva capacidad solo admite la presencia de respuestas dicotómicas, o sea dos contestaciones extremas –si o no, blanco o negro, lo tiene o no lo tiene-.

Respuestas duales que son un avance en el mejoramiento de las capacidades de pensamiento del sujeto, pero que imposibilita la objetividad puesto que esta se da por el acuerdo con argumentos entre varias posiciones y no solamente entre dos lados extremos.

En este punto, se debe especificar que los lados binarios del pensamiento formal serán el punto de vista del adolescente para explicar los diversos fenómenos y el extremo contrario, oposición que por su egoísmo característico, tendrá la supremacía de sus opiniones.

Así, el adolescente puede llegar a una realidad con otras peculiaridades que la  que construye el niño. Realidad que entra dentro del campo subjetivo puesto que aun no es posible el acuerdo entre varias subjetividades que tienen maneras de entendimiento de la realidad, las cuales difieren de la posiciones límites..

Para acelerar el camino en la aceptación de más opciones de respuestas ante las diferentes situaciones de la vida, tanto la institución familiar como la educativa, deben instar a los adolescentes en el desarrollo de conflictos cuya  posible solución puede ser de varias opciones y no solo de dos – Una problemática social como los embarazos adolescentes requieren un análisis teniendo en cuenta varias variables, perspectivas o puntos de vista. Todos ofrecen aportes importantes al entendimiento del problema y a las soluciones-.

Las figuras parentales y las instituciones educativas requieren concientizar a los adolescentes que, a pesar que ellos realicen una  elección de vida encaminada a conocimientos matemáticos, en los cuales es muy factible las soluciones binarias, las situaciones cotidianas, incluyendo las temáticas laborales, se basan en interacciones constantes con los demás. Interacciones que solo se pueden dar con el acuerdo entre varias posiciones.

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