Las expectativas del adulto de mediana edad cuando se convierta en adulto mayor.

El adulto de mediana edad, especialmente en la década de los cincuenta años, ocupa una significativa parte de su tiempo pensando cuales serán las características de su vida cuando se convierta en adulto mayor, de manera particular en el tema de los ingresos, tiempo libre, la salud y las relaciones afectivas –hijos, pareja, amigos-.

En cuanto a la temática de la obtención de ingresos referentes a la jubilación, se encuentra cierto porcentaje de adultos de mediana edad, los cuales tienen preocupaciones acerca de poder tener las suficientes semanas cotizadas, la adquisición de una cantidad que les permita satisfacer sus necesidades básicas y la probabilidad que cambien las políticas gubernamentales respecto de ella –la jubilación-, provocando que las cifras proyectadas cambien negativamente.

Adicionalmente a estos pensamientos que producen ansiedad, dichos individuos visualizan su retiro del mundo laboral, o sea su entrada a la adultez mayor, como algo negativo puesto que estarán por fuera del orden productivo, generando la creencia que también lo estarán del orden social.

Bajo la mirada de estos adultos de mediana edad, mayormente los hombres, existe la preocupación que cuando sean adultos mayores, no puedan dar satisfacción a las necesidades materiales y simbólicas, a través del trabajo, puesto que no lo tienen, y en caso de conseguir la jubilación, esta no alcanzará para pagar los mismos gastos actuales.

Por otro lado, existen muchos adultos de mediana edad que añoran llegar al tiempo de jubilación, desde que ellos han cumplido cincuenta años o un poco menos. El principal motivo es que ellos sufren del síndrome de Burnout o síndrome de agotamiento laboral.

Esta disfuncionalidad se produce en el trabajo pero influye en las demás áreas de la vida del sujeto puesto que acelera el deseo de jubilarse y el proceso de creación de expectativas para ese tiempo. Disfuncionalidad que en algunas personas es tan intensa que los determina para tomar decisiones impulsivas acerca de renunciar a su trabajo actual, con un alto riesgo que a los cincuenta años, no consiga una oportunidad laboral parecida a la que acaba de dejar.

El síndrome de agotamiento laboral se caracteriza por sensación de sobreesfuerzo físico, pérdida progresiva de energía, fatiga, el trabajo pierde su valor, las competencias y el nivel de ellas se reducen, sentimientos, actitudes y respuestas negativas, bajo rendimiento laboral, incapacidad para soportar presión, pobre autoestima, afectación de las relaciones profesionales y personales.

En cuanto al tópico de salud, encaminado no solo a la ausencia de enfermedad sino a la generación de condiciones de bienestar, muchos adultos de mediana edad tienen ansiedad de llegar a la adultez mayor dentro de poco, porque tienen connotaciones desfavorables de esa etapa y de percibirse en ese instante de la vida. Un periodo de tiempo caracterizado por vulnerabilidades que no tienen herramientas emocionales para neutralizar o disminuir

Los adultos de mediana edad que presentan ansiedad por sus expectativas nocivas al periodo en que se convertirán en adultos mayores, tienen esta emoción debido que no se han documentado de las características de esta etapa –adultez mayor-, teniendo muchas ideas pre concebidas, no han explorado sus profundidades referenciadas con la resistencia a sentirse alguien necesitado, algo que podrían desarrollar por medio de terapia psicológica, y no han tenido la motivación para realizar un proyecto de vida para sus últimas décadas de existencia.

Dicho proyecto de vida se debe encaminar en cuatro programas: 1. Generación de hábitos saludables para el mejoramiento de la salud mental y física. 2. Aprendizajes y/o desarrollo de sus habilidades, algo que deberá estar encaminado a sus deseos durante la mayor parte de su vida, la creación de nuevas motivaciones y destrezas junto a la realización de acciones que permitan la conservación de capacidades cognitivas y el mejoramiento de otras. 3. La transformación y el crecimiento de las relaciones con la pareja, grupo familiar y amigos, teniendo en cuenta que este nuevo vínculo se basa en su pensamiento y manera de comportarse actual. 4. Acciones de bienestar  y esparcimiento.

Tanto el desarrollo del proyecto de vida, como el inicio de un proceso terapéutico permitirá que el adulto de mediana edad descubra su verdad acerca de sus creencias y sus expectativas sobre la adultez mayor, permitiendo que el cambio de etapa –mediana edad a adultez mayor- no genere conflictos inmanejables, y que por ende, las expectativas de la llegada a la adultez mayor, ocasione sentimientos, pensamientos y reacciones asociadas con la tranquilidad, interpretaciones positivas y motivaciones en la creación de acciones para disminuir las vulnerabilidades con las cuales se encontrará.

El descubrimiento de la verdad del sujeto, en los finales de la mediana edad, solo es posible en la medida en que el individuo acepte y asimile emocionalmente su nuevo lugar con sus padres. Un lugar en que se deja de ser el hijo para transformarse en protectores y facilitadores de la felicidad de su padre y/o madre, al igual que un lugar en que se convierte en la figuras de mayor jerarquía, junto a sus hermanos, para el resto de su familia.

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