Las fobias específicas, según el manual de psicopatología, se definen como un temor persistente, excesivo e irracional, desencadenado por la presencia y anticipación de un objeto o situación específica –animales, inyecciones, mirar sangre, precipicios, volar..-.
La exposición al estímulo fóbico provoca un ataque de angustia o una reacción similar. El pensar en el estímulo fóbico puede ocasionar un ataque de ansiedad o respuesta parecida. En los niños, estas repuestas de miedo extremo pueden traducirse en lloros, berrinches, inhibición, abrazos, entre otros.
Los adolescentes y adultos reconocen que ese miedo es irracional. Las fobias se pueden soportar con ataques de ansiedad, angustia, malestares corporales o conductas de evitación –huida-, lo cual interfiere con la rutina de la persona, sus relaciones –laborales, académicas, sociales, pareja..-.
Estas fobias –incluidas sus síntomas de ataques de angustia y ansiedad, lo mismo que las respuestas evitativas- no pueden explicarse mejor por la presencia de otra disfuncionalidad emocional –trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático, fobia social..-.
Los investigadores han identificado cinco clases de fobias específicas: A) Fobia a los animales B) Fobia al ambiente natural –elevaciones, tormentas, agua- C) Fobia a las inyecciones, sangre y/o las heridas D) Fobia situacional –aviones, ascensores o lugares cerrados. E) Fobias que no entran en los subtipos anteriores –sonidos fuertes, personas disfrazadas..-.
Las fobias se pueden desarrollar por las siguientes causas: 1) Experimentar un ataque de pánico en una situación concreta –la claustrofobia puede aparecer en un caso de un individuo que queda atrapado en un elevador por un periodo muy largo de tiempo-. 2) Observar a alguien que experimenta un temor grave. 3) Enterarse de un peligro por voz de alguien.
En cuanto a la adquisición de la fobia por observación de una respuesta desequilibrada de temor en otra persona, esto ocurre mucho en los niños que tiene un vínculo demasiado cercano con alguna figura parental, de tal manera que se identifican con muchas cosas del padre o de la madre, incluidas sus fobias.
Acerca de la fobia adquirida por enterarse de un peligro debido a la voz de alguien, esta también recibe el nombre de transmisión de la información, pudiéndose observar en casos en que la persona ha oído del cuidado que debe tener con las serpientes, por lo cual se convierte en fóbico a estos animales, sin haberse topado con ellos en su existencia.
El comportamiento de la fobia, en una cantidad considerable de ocasiones, tiene su origen en un ataque de pánico inesperado ante una situación específica relacionada con una tensión del momento. Después de este ataque, muy probablemente el individuo desarrolle la fobia como tal.
Por tal motivo, los investigadores concluyen que las experiencias aterradoras por sí solas no generan fobias, sino que estas requieren que exista una ansiedad por la posibilidad que se repita otro suceso en extremo traumático, o que se produzca un ataque de pánico.
Estudios han encontrado una probabilidad relativamente alta para heredar las fobias específicas individuales. Adicionalmente, la presentación de los aspectos sociales y culturales son factores que determina quien desarrollara y manifestara en última instancia una fobia específica.