Motivación para el consumo de sustancias psicoactivas

Las sustancias psicoactivas pueden tener muchos efectos a nivel de comportamiento, los cuales dependen del funcionamiento o la estructura cerebral sobre la cual actuan. Los efectos de estas sustancias son: Producir actividad, sosiego, tranquilidad, euforia, reducir el dolor, elevar el estado de ánimo, alterar la percepción sensorial.

A pesar de sus variadas consecuencias, el punto principal de todas ellas, es que alteran la percepción de la realidad que tiene el individuo. Transformación que el consumidor busca y necesita como medio de huida de un entorno que él/ella significa como negativo.

De esta forma, la totalidad de las situaciones en las cuales existe un consumo esporádico o un consumo frecuente de la sustancia, esta asociado con la incapacidad para enfrentar de manera funcional experiencias que pueden producir sensaciones, emociones o sentimientos displacenteros, o con la necesidad de producir una felicidad o actividad artificial en el organismo.

El individuo concibe su realidad actual como amenazante o poco gratificante. En el caso de la realidad displacentera, él siente que esta  sobrepaso sus capacidades, y que no tiene herramientas emocionales para el afrontamiento y la creación de soluciones. En el caso de la realidad poco gratificante, él sujeto quiere llevar la alegría o su resistencia hasta el tope, algo que puede estar vinculado a su dificultad para aceptar limitaciones y dominar sus emociones.

Por esta razón, esta persona prefiere sumergirse en una realidad ideal en la cual no existen dificultades, en la cual existe una fantasía acerca que puede solucionar las situaciones problemáticas o en la cual pueda ser alguien que en realidad no es. En la medida que pase el efecto de la sustancia adictiva, el individuo se vuelve a sentir triste e indefenso por lo cual retorna al motivo de su adicción, con el posterior consumo.

La necesidad del sujeto por tener una realidad ideal o fantaseada paralela que permita deshacer las limitaciones y malestares que no puede solucionar o que se siente incapaz de hacerlo en su realidad objetiva, es un rasgo de personalidad que se ha formado en los primeros años, aunque esto se pueda observar en los comportamientos adictivos que se dan a partir de la adolescencia.

Las investigaciones concuerdan que sujetos con trastorno de personalidad narcisista o sujetos con trastorno de personalidad antisocial, tienen altas probabilidades para desarrollar adicción hacia las sustancias psicoactivas e inconvenientes asociados con esta

En cuanto a los individuos con personalidad narcisista, estos se caracterizan por su sentido de grandiosidad, acompañado por la fantasía de éxito ilimitado y creencia que son seres especiales. Los sujetos que tienen esta clase de trastorno, sufren con frecuencia de tristeza o decepción puesto que no logran llevar a cabo el nivel de sus propias expectativas ante las diversas actividades.

Referente a los individuos con trastorno de personalidad antisocial, estos se caracterizan por el fracaso para adaptarse a normas sociales, mentira y la estafa para obtener beneficio personal o por placer, impulsividad o incapacidad para planificar el futuro, agresividad, despreocupación por la seguridad propia o la de los demás, falta de remordimiento.

Estos dos trastornos se diagnostican a partir de los 18 años, pero tienen sus raíces en la primera infancia, debido a un ambiente muy permisivo por parte de los padres. Ambiente en que no había negativas o no había acuerdos entre papa y mama para implementar las prohibiciones, y en el cual los deseos del hijo se volvían mandatos. Sumado a estas peculiaridades del entorno, podían existir comportamientos y conductas agresivas entre los padres y entre los padres y el hijo, lo mismo que acciones poco continentes de los adultos hacia el menor.

Por esta incapacidad del niño para posponer la realización de sus deseos y la no enseñanza, por parte de sus padres, en cuanto a respuestas funcionales y asertivas, él crece sin herramientas emocionales para percibirse con limitaciones o para enfrentar las situaciones conflictivas que se presentan en su vida, teniendo la necesidad de crear una realidad fantaseada que sea paralela a su realidad hostil, a través del consumo y la adicción de sustancias psicoactivas.

Aunque estos dos trastornos de personalidad tienen alta propensión para la presentación de adicciones, estas también se pueden dar en otros sujetos que no tengan las suficientes herramientas emocionales para enfrentar situaciones de presión o tengan trastorno de estrés postraumático.

Estos eventos también están relacionados con falencias de estos sujetos para la adquisición de destrezas a nivel emocional que permitan ser proactivos en el descubrimiento de problemáticas, aceptación de sus debilidades, análisis de estas y posterior búsqueda de soluciones o planes de mejoramiento.

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