Los adultos mayores se sienten cada vez más solos, algo que se puede explicar por múltiples razones culturales. Entre estos factores se puede nombrar el desempleo que ha ocasionado que sus hijos trabajen en otras ciudades o países diferentes a la vivienda del adulto mayor, así como también el desarrollo de las herramientas tecnológicas que ha hecho que las personas se reúnan físicamente pero cada uno este concentrado en sus conversaciones particulares.
La adultez mayor se caracteriza por ser una época en que los sujetos desean comunicarse con los demás, especialmente con su familia, para transmitirle sus experiencias y su conocimiento acerca de la vida. Empero, ellos no lo pueden hacer puesto que los integrantes de su célula original no están presentes de manera física y/o emocional.
Así, el adulto mayor no puede satisfacer su necesidad de ser escuchado, algo que puede afectar su auto estima y lo envía a un lugar en el cual se significa como un individuo que ha perdido la mayor parte de sus capacidades, y que no tiene algún ofrecimiento productivo para el ordenamiento familiar o social. Un sujeto inútil.
El adulto mayor, en otras culturas y hace muchos años en la cultura occidental, podía satisfacer esta necesidad de ser escuchado, puesto que enseñaba a las generaciones más jóvenes, la importancia del aprendizaje a través de su palabra, la cual proporcionaba informaciones en cuanto a experiencias de vida y en cuanto a valores.
La historia o diversas culturas –la oriental-, los ha conducido al lugar de “sabios y esenciales”, por lo cual en la presente época y en Occidente se sienten incomodos, inservibles y desplazados. Los adultos mayores necesiten comunicar y no tienen con quien hacerlo.
El abuelo es olvidado, marginado y tratado como un objeto. La sociedad y muchas veces la familia misma, no empatiza con las diferentes emociones que puede tener, y tampoco lo hace dándole la importancia adecuada a la historia pasada como edificadora de la historia presente y futura.
Cuando el adulto mayor no puede expresar lo que es o el recorrido que ha tenido para llegar hasta el momento de hoy –su historia-, él puede llegar a un estado de melancolía que puede darse en un ambiente específico o repetidamente en la mayor parte de estos ambientes.
Por el contrario, si el adulto mayor tiene vínculos emocionales fuertes, contacto continuo y la percepción acera que sus puntos de vista tienen una importancia significativa, esta persona tendrá la felicidad como una de las características principales de personalidad.
Sentirse feliz ocasionara que el adulto mayor pueda interpretar la vida de forma positiva, y por ende, pueda contar con herramientas emocionales para la solución asertiva de las diferentes situaciones cotidianas que se presenten. Por consiguiente, el adulto mayor escuchado tiene mayores posibilidades para sentirse feliz.
La felicidad del adulto mayor es posible con un vínculo cercano y continente con los hijos, a través de la posibilidad de compartir con ellos espacios de manera constante espacios de diversión, dialogo y esparcimiento, y a través de la preocupación y el esfuerzo de su descendencia por conseguir que el adulto mayor tenga salud física y emocional.
Adicionalmente, la felicidad del adulto mayor esta influenciada a la pertenencia a grupos y su percepción acerca que sus ideas y la interacción con otros miembros de su misma edad, es importante. Esta percepción de utilidad actúa intensifica su autoestima.
Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221