Mientras que la identidad sexual se refiere a con cual sexo nos identificamos o nos sentimos, la orientación sexual se refiere al sexo que nos atrae. De esta forma, los heterosexuales tienen atracción con el sexo contrario –mujer con hombre- , y los homosexuales sienten interés sexual por personas que tienen el mismo sexo – hombre con hombre o mujer con mujer-.
Los hallazgos científicos muestran que tanto la orientación homosexual como la identidad sexual dependen de la interacción de factores biológicos –genética, funcionamiento cerebral etc- asociados con condiciones ambientales y rasgos de personalidad.
En cuanto a las condiciones ambientales que pueden determinar los factores biológicos y los rasgos de personalidad, se debe poner especial énfasis, para la adquisición de determinada orientación sexual, a las vivencias ocurridas durante los ocho primeros años de vida.
El primer año del bebe se caracteriza porque existe una relación demasiado cercana entre él y su madre. Tanta cercanía es necesaria para que el infante pueda sobrevivir puesto que tiene poco desarrollo de sus capacidades físicas –movimiento y funcionamiento de los órganos de los sentidos- y nace con escaso, casi nulo, material instintivo.´
En este primer año, la madre empieza a hablarle a su hijo acerca del padre del infante y su familia extensa, lo mismo que impone ciertas reglas al niño en cuanto a horarios de comida, característica de esta comida y el uso de su propia cama para descansar, junto con ausencias momentáneas de ella y la estimulación de actividades de gateo, jugar etc.
Durante el segundo año del menor, el padre o aquella persona que haga sus veces, irrumpe esa relación casi fusional entre madre e hijo para introducirlo en una normatividad y en un lenguaje cultural, algo que entre otras cosas produce que el hijo se identifique con determinado sexo y oriente su gusto hacia el mismo sexo o hacia el sexo contrario.
En caso que este proceso, que empieza desde el primer año y dura hasta los ocho años, sea con vínculo sano entre padre y madre, y entre ellos y su hijo, el infante tendrá una identidad sexual acorde a su sexo biológico y una orientación sexual heterosexual.
El vínculo sano entre padre y madre, no significa que ellos sean pareja, sino que se refiere a cuestiones de respeto en las cuales la madre permita que alguien ejerza actividades para darle diversas normatividades al niño, y romper la relación muy estrecha entre madre e hijo. Este vínculo sano también implica que el pequeño disfrute y desea pasar el tiempo con otra persona diferente a ella.
El vínculo sano entre padres e hijos se refiere a que ellos lo signifiquen con el sexo biológico que su hijo tiene, respeten sus derechos fundamentales, no lo hagan partícipes de sus conflictos. Este vínculo sano también necesita que los padres se concienticen que su hijo no es una propiedad sino hijo de una cultura, por lo cual los esfuerzos en su proceso formativo deben encaminarse a que él adquiera una normatividad cultural y facilidades de adaptación a los diversos entornos.
Por otro lado, si el vínculo afectivo entre los dos padres o entre ellos y el hijo, tiene algunas disfuncionalidades o vacíos, el menor podrá crecer con un trastorno de identidad sexual –tal como se explico en el escrito pasado- o con una orientación homosexual.
En cuanto a esta última, se puede observar al hablar con las personas homosexuales o con los padres de estas personas, una relación sumamente cercana entre la madre y su hijo, tanto así que en caso que hubiera padre, este ha sido relegado a un puesto con poca importancia.
El padre no ha tenido importancia producto que no ha estado presente en la vida de su hijo o que la mama no lo ha significado como figura esencial de afectos y de formación. Esta no significación puede deberse a los conflictos constantes entre los dos padres
Al ocurrir esto, el hijo se identifica con su madre, por lo cual su orientación sexual es hacia los hombres. A pesar de esto, la madre no lo alienta para que su hijo se comporte como mujer con lo cual el niño conserva su identidad de varón pero con el mismo gusto sexual que la madre, o sea con el hombre.
En cuanto a la mujer, la orientación homosexual esta ligada a una no presencia del padre en la vida de su hija o debido que la mama no ha significado a la figura paterna como dador de afectos o de formación, tal como ocurre con el hombre. En este contexto, la madre se convierte en identificación y en el objeto de deseo.
Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221