El amor es un concepto que nace como producto de la satisfacción de necesidades en los primeros años de vida. En efecto, el primer objeto de amor para el ser humano es su madre puesto que ella es quien lo abriga, le da alimento y le suple todo tipo de necesidades tanto en el vientre materno como en los primeros meses de existencia.
Este primer amor del bebe está enmarcado por su deseo egoísta de tener a su madre pegada todo el tiempo hacia él satisfaciendo todas sus necesidades. Esta posesividad extrema es una representación arcaica de este sentimiento que se reprime en el inconsciente en la medida que otras personas, especialmente el padre, comienzan a hacer parte de las vivencias cotidianas del bebe.
Padre y otras personas que tienen la tarea de separar a la madre de su hijo/a con el objetivo de introducirlo en la cultura, enseñarle el lenguaje y procurar que el menor cumpla diversas normatividades. En el momento en que el padre o la persona representativa desarrollé este proceso de separación, el infante adquiere diversas herramientas mentales que le permiten significar el amor de una forma más espiritual, y no solamente como representado por la persona que satisface sus necesidades primarias.
Después que el niño ha afrontado este proceso de separación de una forma sana, se identifica con su padre con lo cual la figura paterna se convierte en el segundo objeto de amor, mientras que la niña, que ha afrontado un proceso de separación sano, se identifica con su madre, deseando la posesión y la preferencia absoluta de su padre, con lo cual esta figura también se convierte en el segundo objeto de amor.
Con el transcurrir de los años, el amor acaparador de los hijos hacia los padres, se torna menos egocéntrico y más altruista, por la estructuración de diversos conceptos psicológicos, la adecuación al sistema social y al educativo, y las demandas de afecto que empiezan a tener con los amigos y demás familiares
De esta forma, el menor desarrolla amor hacia las diferentes personas que están cercanas a él. Es un amor que implica determinada carga afectiva, amor alejado de la satisfacción de las necesidades de los primeros años y ligado más a otro tipo de cosas como deseo de compartir intereses y actividades.
Con la adolescencia, periodo determinado por la realización de comportamientos y maneras de pensar ligadas al accionar de las hormonas sexuales, el amor pierde un poco su tonalidad humanitaria y se convierte otra vez en algo acaparador dirigido hacia las personas cuyo cuerpo este mejor dotado físicamente, lo cual podría explicarse por una elección de la especie humana que soportaría un eventual proceso de maternidad o paternidad, y hacia personas que de alguna u otra manera les recuerden a sus padres o sus primeros objetos de amor.
Después de la adolescencia, y en cada década que pasa, las hormonas sexuales van decayendo su influencia en la manera de actuar y de pensar de los individuos, por lo cual ellos dejan el deseo por hacer pareja con los mejores dotados físicamente, y vuelven a buscar personas que sean complementarias en sus motivaciones, lo mismo que personas similares a sus objetos primeros objetos de amor.
En la medida en que encuentren este complemento en los aspectos mas significativos y en la medida en que la otra persona tenga una relación con él/ella similar al vínculo que existe entre sus objetos de amor, o en la medida que la otra persona tenga algún parecido en la personalidad con los primeros objetos de amor o en la relación de ellos con él/ella –los padres con el niño/a-, los miembros de la pareja creerán haber encontrado el amor.
A pesar de este sentimiento fugaz de conseguir el amor, este se debe nutrir constantemente cuando, los miembros de la pareja son capaces de encaminar sus deseos cambiantes hacia objetivos similares en la faceta intelectual, afectiva, social, sexual, familiar etc.
Desde este punto de vista, el amor tiene un punto fundamental en el encuentro de dos patologías caracterizado porque cada uno desarrolla con su pareja un vínculo parecido asociado con sus figuras representativas. Patológico en el sentido que no existe evolución del sentimiento o del afecto sino que este retorna de forma circular a sus primeros años.
Debido a lo anterior, es necesario concluir que un determinante importante para evaluar la durabilidad de una relación sentimental es la similitud que pueda tener la persona amada con los primeros objetos de amor. El segundo factor determinante es el encuentro de los deseos de las dos personas en un momento determinado, y la modificación de esos deseos por otros que sean complementarios o afines con el transcurrir del tiempo.
Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221