Relaciones de pareja con más de diez años de diferencia.

El amor de pareja estructurado en la cultura occidental se caracteriza por un vínculo de preferencia tanto en la temática afectiva como en el tópico sexual, lo mismo que por un vínculo afiliativo entre las dos personas miembros de la pareja, características que permiten un alto nivel de motivación hacia la relación.

La significación que da la futura pareja, referente al vínculo de pertenencia, se puede conocer por su significado del vínculo afectivo como algo monógamo o no, la historia de su pasado y las características de sus padres, asociadas a la fidelidad y al respeto al lazo emocional que tienen.

Por otro lado, el vínculo afiliativo se construye a través del tiempo con la similitud que tenga la pareja con las figuras parentales –semejanza en cuanto la relación entre ellos o en cuanto la relación entre padres e hijo- y con la compatibilidad entre los deseos de cada individuo.

En cuanto al parecido que tenga la pareja con sus padres, este fenómeno se debe que ellos son las primeras personas que tienen relación con su hijo, y las únicas por mucho tiempo, por lo cual esos recuerdos quedan guardados en la memoria y son significados como los mayores deseos afectivos del ser humano.

Al convertirse en los mayores deseos, estos recuerdos determinan las elecciones de pareja que el hijo lleva a cabo en la época de la adolescencia o después de ella, puesto que el accionar de las hormonas sexuales ocasiona la motivación y la necesidad por buscar compañía afectiva.

Deseos que no necesariamente tienen una connotación positiva. En este punto, se puede observar, los hijos de padres agresivos, los cuales tienen atracción con las situaciones de maltrato intrafamiliar, por lo cual buscan en sus parejas a maltratadores o a personas que se dejen maltratar.

Otras motivaciones que presentan una condición disfuncional desde el punto de vista de elección de pareja, es hacer una escogencia con alguien con más de diez años de diferencia, en el sentido que, al estar en etapas diferentes de la vida, no existe esa compatibilidad de deseos o ese vínculo afiliativo de dos personas que se significan en igualdad de condiciones, debido a la diferencia de experiencia y madurez emocional.

De tal manera, la similitud que pueda tener la pareja con sus figuras parentales no se queda solamente en la ilusión, sino que va más allá, significándose como una forma de tener el control de ese padre o esa madre, sea porque nunca lo tuvo –padre o madre ausente- o sea porque recibió demasiada gratificación de esa figura parental, y quiere volver a repetir dicha vivencia.

Desde esta manera de entender las cosas, la persona con estas elecciones insanas de objeto de amor, pretende, desde su fantasía, lograr la apropiación de una figura que pueda representar a su padre o madre, debido a la diferencia de edad, estatus, experiencia, conocimiento.

Figura la cual produce admiración real en caso que ese padre o esa madre sean reales y hayan tenido inconvenientes en la separación con su hijo/a, o figura que nunca estuvo por lo cual se significa como un ideal que se pretende conseguir mediante esta elección de pareja nociva.

Apropiarse del padre o de la madre, consumar la relación y poder manipularlo/a es una cuestión perversa en la cual la persona de menor edad renuncia a la posibilidad de una elección de pareja igualitaria, con la cual se pueda construir y/o desarrollar un proyecto de vida juntos, adhiriéndose a una persona que tiene un mayor nivel de desarrollo en su proyecto de vida y de vivencias.

Al ser alguien mayor y representar a la persona con más experiencia y madurez emocional, este individuo no ofrecerá ningún tipo de discusión o negativa ante los deseos de su joven pareja, convirtiendo las comunicaciones de su pareja menor en “mandatos”.

Así, tener un vínculo afectivo de pareja con una persona que se tenga una diferencia de edad de más de diez años, implica la consumación de un deseo incestuoso por poseer a la figura parental que se haya elegido como objeto de amor –Los heterosexuales hombres y las homosexuales mujeres eligen como objeto de amor a su madre, mientras que los homosexuales hombres y las heterosexuales mujeres eligen como objeto de amor a su padre-.

Por el lado de la persona mayor, elegir como pareja una persona con más de diez años de diferencia, implica la consumación de un deseo incestuoso por poseer el hijo/a, algo que le equilibre una autoestima desbalanceada por no aceptar el paso del tiempo y percibirse como una persona disminuida en sus facultades físicas, cognitivas, emocionales.

Consumación del deseo incestuoso, tanto de la persona mayor como de la persona joven. Esta conducta puede estar asociada a comportamientos egocéntricos, inclinación por el desarrollo de conductas al margen de la ley, poca tolerancia a la frustración, dificultades para el trabajo en equipo, poca inteligencia emocional, problemas en el manejo de crisis por parte del joven y una escasa inteligencia emocional, al igual que una incapacidad para aceptar el paso del tiempo por parte del mayor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *