En la mediana edad, el deseo de sexualidad ligada al coito disminuye con respecto a épocas anteriores de desarrollo, dando pie a una encuentro entre cuerpos cuya característica fundamental es la afectividad. Esta realidad ocurre en los dos sexos debido tanto a una nueva concepción de la sexualidad como a la disminución de las hormonas sexuales, especialmente con las mujeres después de la menopausia –suceso que se presenta entre los 45 y los 55 años-.
La disminución de las hormonas sexuales puede afectar tanto una o varias fases del encuentro sexual – fase del deseo, fase de la excitación, fase de orgasmo, fase de resolución-, como también lo puede hacer con fundamentos más profundos de la personalidad –autoestima-.
Los adultos de mediana edad que son poseedores de una autoestima estructurada y equilibrada, tienen la capacidad para darle soluciones funcionales a los malestares que pueden generar las transformaciones en su organismo en lo referente a su corporalidad, más específicamente su sexualidad.
Dicha soluciones se encuentran encaminadas a la realización de acuerdos tanto consigo mismo como con el otro –en caso que se tenga pareja sexual- para la práctica de una sexualidad que ofrezca bienestar y placer a las dos personas puesto que se integra la emocionalidad con lo somático.
Este nuevo concepto que se desarrolla a partir de los cuarenta años, antes de conseguir acuerdos en los cuales suavemente se induce al otro para que implemente los comportamientos y movimientos del agrado de los dos miembros, necesita que cada individuo haya explorado y conocido su sexualidad –cuerpo, pensamiento y emoción- acerca de sus fortalezas, debilidades, gustos, disgustos, ambiente, posiciones y maneras en que llega al éxtasis y aquellas que no le permiten lograr este objetivo…
En cuanto a los acuerdos con su mismisidad, el sujeto además de una práctica de una sexualidad integrativa entre lo afectivo y lo físico, como se dijo anteriormente, también requiere tener la capacidad para desplazar esa energía que queda libre y sin usar, en acciones distintas para las que fue desarrollada –acto sexual-, hacia actividades cuyo propósitos sean la creación de un sello particular que puedan beneficiar tanto a los demás como al propio sujeto.
Por otro lado, los individuos que no tienen cimentada su personalidad con bases sólidas, intentarán solucionar, de manera patológica, la afectación de su sexualidad y de su autoestima debido a la disminución de la cantidad de hormonas sexuales que recorren su cuerpo.
Los menores, y en muchos casos escasos niveles de dicha hormonas –sexuales-, pueden ocasionar que el adulto de mediana edad se conciba de forma negativa –cansado, poco atractivo, con escasa probabilidad de tener logros u ofrecer servicios a los demás..- afectando sus relaciones sociales, laborales, sus vínculos afectivos y sexuales
Por esta razón, algunos adultos mayores de 40 años intentan elevar esta autoestima fracturada, empezando a implementar acciones que no corresponden a su edad y que pueden dañar su salud física o sus vínculos afectivos saludables con él mismo y con los otros.
Dentro de estas acciones negativas, se pueden contar los encuentros sexuales casuales que los adultos de mediana edad implementan como forma de recibir del otro una manifestación o un comportamiento acerca que es atractivo y que es capaz de despertar el deseo sexual.
Otra forma insana que algunos adultos de mediana edad tienen para afrontar los conflictos que genera el bajón de hormonas sexuales, es sostener relaciones sexuales con personas menores en diez o más años, de tal manera que den la percepción para los demás e incluso para ellos mismos, que el paso del tiempo no ha hecho efectos negativos en su sexualidad, antes por el contrario, los ha puesto más atractivos.
Este sujeto no ha afrontado adecuadamente la crisis generada por la disminución de las hormonas sexuales, siendo de esta forma incapaz para la generación de un sello particular. Este estancamiento puede estar acompañado de pérdida de motivaciones, las cuales en muchos casos se convierten en síntomas depresivos.
Este es un escrito que tiene dos propósitos fundamentales: El primero de ellos es formar en diversos componentes que permitirán profundizar en conceptos y variadas realidades psicológicas, así como mejorar la salud mental del individuo y del grupo familiar. El segundo objetivo es promocionar mi consulta clínica de forma virtual y presencial, ambas se pueden solicitar al celular 320 6919221