Trastorno de personalidad esquizotípico.

El trastorno de personalidad esquizotípico, según el manual de psicopatología, se caracteriza por presentar déficit sociales e interpersonales, los cuales comienzan al principio de la edad adulta, asociados al malestar agudo  e incapacidad reducida para las relaciones con otros, acompañadas de distorsiones cognitivas o perceptivas y excentricidades en el comportamiento.

Estas distorsiones y excentricidades pueden ser ideas de referencia, creencias raras o pensamientos mágicos –creencia en supersticiones, telepatía, “sexto sentido”..-,experiencias perceptivas inhabituales –ilusiones corporales..-, pensamiento y lenguaje raro –circunstancial, metafórico..-, ideación paranoide, afectividad inapropiada o restringida, falta de amigos o de confianza en otros, ansiedad social excesiva.

En cuanto al rendimiento cognitivo de los sujetos con esquizotipia, varias pruebas han señalado una disminución de la capacidad y de ejecución en pruebas que incluyen la evaluación de memoria y de aprendizaje, interpretando estos hallazgos producto de fallas en el hemisferio izquierdo.

Sobre su emocionalidad, los sujetos con este trastorno tienen comportamientos introvertidos, expresiones emocionalmente planas, aislamiento social, disminución de la capacidad de sentir placer. Conductas que se notan pero que no tiene tanta fuerza como en la esquizofrenia.

Los sujetos con trastorno esquizotípico tienen más posibilidades de padecer depresión, ansiedad, otros trastornos de personalidad, estados psicótico pasajeros especialmente en sujetos que manejan inadecuadamente el estés, problemas con el alcohol o con las drogas, intentos de suicidio.

Investigaciones recientes implementadas en niños que posteriormente desarrollan el trastorno de personalidad esquizotípico, encontraron grados significativos de pasividad, así como también hallaron poco deseo y escasa realización de conductas participativas, y bastante sensibilidad a la crítica.

En el transcurrir del tiempo, se ha descrito la esquizotipia  como un fenómeno que ocurre en personas predispuestas a desarrollar la esquizofrenia. Los investigadores siguen sosteniendo que los esquizotípicos tienen el gen de la esquizofrenia, pero por falta relativa de influencias biológicas –enfermedades prenatales..- o tensiones ambientales –pobreza…- solo desarrollan la esquizotipia.

Existen ciertos cálculos que refieren que entre un treinta y cincuenta por ciento de las personas con esquizotipia que solicita ayuda, también satisfacen los criterios del trastorno depresivo mayor, por lo cual los tratamientos psiquiátricos y los procesos terapéuticos pueden tener bastantes similitudes.

En cuanto a la parte psicológica, los profesionales de la salud mental han realizado dos tipos de tratamiento: El primero es incentivar en los pacientes la adquisición de habilidades sociales que les permitan ayudarlos en reducir su aislamiento y desconfianza de los otros, dando pie a cierto tipo de interacción funcional.

La segunda clase de tratamiento, algo que no es tan utilizada como la primera, es no animar cambios mayores en el adulto, sino ayudar a que la persona se acepte y se ajuste a un estilo de vida solitario. Con esta opción, los pacientes, por sí mismos, pueden asimilar emocionalmente que el vínculo afectivo con otros, por lo menos en una intensidad mediana, es necesario.

Algunos acercamientos conceptuales han asociado la esquizotipia en baja intensidad con la creatividad de algunos pintores. En efecto, la llamada esquizotipia feliz o sana se refiere a personas funcionales que han tenido experiencias inusuales y que presentan un alto grado de positivismo encauzado a la hipersensibilidad sensorial, plasticidad en sus sistemas de creencias…, considerándose una forma  para la apertura hacia sus propias experiencias emocionales y las de los demás.

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