Padres incapaces de implementar castraciones funcionales.

Castrar es una palabra que literalmente significa mutilar. Sin embargo, esta palabra dentro del contexto psicoanalítico tiene otra apreciación puesto que se refiere a una prohibición dada a un individuo por parte de un otro, quien le dice que un placer que antes tenía permitido, ahora se encuentra vedado

Existen cinco castraciones que han sido exploradas en varios textos del presente blog: La castración umbilical dada en el momento del nacimiento, la cual consiste en que el nuevo ser entienda que forma parte del mundo terrestre y que tiene prohibido volver otra vez al placer que sintió en su vida intrauterina.

La castración oral producida en el momento del destete. La castración anal en la cual existe la enseñanza del manejo de esfínteres en sitios adecuados, con horarios determinados y con hábitos de limpieza específicos. La castración edipica no genital en la cual el niño adquiere consciencia de la diferenciación sexual y la castración edipica genital en la cual el niño se encuentra impedido para desear tener un vínculo emocional muy cercano con los miembros de su familia, generando que  él -este niño- se aperture a relacionarse con sus pares y con otras actividades que darán grandes satisfacciones.

Antes de desear tener hijos y cumplir este deseo, los padres necesitan explorarse tanto a sí mismos como a su pareja para evaluar si han recibido estas prohibiciones de sus padres de forma sana, las particularidades de este proceso y proyectar si pueden ofrecer unas castraciones funcionales a sus futuros descendientes.

Un asunto de vital importancia es que cuando aparece el deseo por ser padres, tanto él como ella cuestionen a sus respectivas figuras parentales acerca de las características de su embarazo, las peculiaridades tanto del parto como de sus primeros meses de vida –el vínculo madre e hijo, la imposición de horarios de comida y lugar propio para dormir..-

De la misma manera, los futuros padres necesitan cuestionar a sus progenitores, especificidades de su periodo de lactancia –cuanto tiempo fue lactado, las razones por las cuales fue destetado, como la madre manejo el canibalismo del hijo con su pezón…- y la forma en que recibieron la castración oral de sus padres –el tiempo en que se desteto, que sintió la madre, como ocurrió este proceso del destete, relación entre el destete con los primeros fonemas del niño…-.

Las informaciones que se obtengan sobre estos cuestionamientos permitirán profundizar a los futuros padres sobre el origen de la significación de su madre, lo mismo que hacerlo acerca de la forma como encaran las separaciones, su nivel de dependencia, el manejo de su deseo de dañar al otro, así como también la interiorización de normas y el uso benéfico o agresivo que otorgan al lenguaje y a los comportamientos asociados a la boca…

Los futuros padres también requieren indagar sobre la forma en que sus mayores cuidadores manejaron la enseñanza de control de esfínteres de su hijo, las verbalizaciones en este proceso, la valorización de los procesos o el resultado, y en general la totalidad de los intercambios lingüísticos en la acción de evacuar, retener y limpiarse tanto a sí mismo como al entorno.

Los datos obtenidos ofrecerán la posibilidad que los padres asocien estas respuestas con sus conductas actuales de organización y aseo, adaptación y obediencia a una normatividad social, facilidades para la manipulación de objetos, control o de descontrol de sus emociones, acciones y pensamiento, estimación de los procesos sobre los resultados o viceversa…

Adicionalmente, las personas que tengan motivaciones en el proceso de maternidad/paternidad precisan investigar en sus historia familiar, la forma como  adquirieron el concepto de la diferenciación sexual, las dudas que tuvieron en ese momento y como fueron respondidas, así como saber con quién se ha identificado, las prohibiciones que ha interiorizado en su entorno familiar, y el camino para encontrar satisfactorias las actividades deportivas, artísticas o de conocimiento.

Las referencias que el sujeto consiga, propiciarán que él las asocie con su sentir acerca de ser hombre y ser mujer, sus actividades preferidas, las interacciones que hace con su pares y figuras de autoridad, el cumplimiento que desarrolla de las leyes, la significación e interiorización que ha hecho de falo…

Las repuestas a dichos cuestionamientos junto al enlazamiento con sus acciones y formas presentes de procesar la información –pensamientos, emociones y sentimientos-, ocasionaran que se evalúe la pertinencia de tener hijos desde un punto ético –Una cuestión ética es algo no dañino para el ordenamiento social-.

No es ético que padres con rasgos disfuncionales de personalidad, puesto que no tuvieron castraciones funcionales –umbilical, oral, anal, genital no edípica y edípica genical- ejecutadas por sus figuras parentales, entre otras cosas, y que además se unieron complementándose en sus patologías, con la consecuente incapacidad de realizar un trabajo de equipo productivo, pretendan tener hijos.

En este caso, los nuevos padres, exceptuando que hayan tenido un proceso terapéutico que permita re-significar su mismisidad, no darán castraciones funcionales a sus hijos, de la misma manera en que no las tuvieron ellos, formando alguien completamente dañino tanto para él mismo como para lo social y cultural.

Por esta razón, valdrá la pena preguntarse si los nuevos padres por accidente deben tomar otras medidas en caso de quedar embarazados sin estas competencias necesarias para desarrollar funcionalmente a un nuevo ser. Medidas encaminadas a la realización de procesos terapéuticos, la adopción o el aborto.

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