
Un equipo de trabajo es una unidad de personas que trabaja colectiva y complementariamente en pos de conseguir diversos objetivos –organizacionales, académico, deportivos…-, lo cual consiguen teniendo como base una serie de normas de conducta.
A diferencia de los grupos de trabajo, quienes solo fomentan la orientación al resultado individual y poseen un solo líder, un equipo de trabajo puede tener varios sujetos encargados de proyectos y se orienta tanto al logro individual y común como a las relaciones, estimulando la conexión emocional, diversidad, el dialogo y la negociación entre sus miembros.
Para la primera etapa de vida del equipo de trabajo, o sea en su formación, es importante que cada sujeto se reconozca en su mismisidad, como personas portadoras de estructuras orgánicas –órganos de los sentidos, huesos, músculos, sistema nervioso..- en estado sano.
Sanidad que es el primer paso para un funcionamiento adecuado de sus sistemas, algo que necesita la integración de sus partes corporales. El sujeto adquiere consciencia de esta comunicación en sus primeros intercambios con sus figuras parentales.
A pesar que el niño conoce su funcionamiento corporal, funcionamiento que en otras palabras es consecuencia del vínculo entre lo corporal con lo emocional, puesto que el otro –padres- permite dicho conocimiento, este se queda en el inconsciente puesto que es un saber adquirido antes que el pequeño domine sus códigos lingüísticos.
Teniendo en cuenta esta explicación, el funcionamiento corporal o la imagen inconsciente del cuerpo, se quedan en la latencia, a nivel de representaciones gráficas y no a nivel de palabras, por lo cual se quedan en el sistema límbico, no pudiendo acceder a la memoria gramatical, o sea aquella que se encuentra en el neocortex –parte más nueva del cerebro-.
De esta forma, escudriñar contenido de la imagen inconsciente del cuerpo en la medida de lo posible remite indirectamente a las interacciones del sujeto con sus figuras parentales en sus años de primera infancia –el individuo solo puede acceder a este material de manera indirecta, en ambientes no terapéuticos, puesto que es algo reprimido-.
La posibilidad que cada miembro del equipo de trabajo tenga para entenderse desde su individualidad –corporalidad e integración de esta con su emocionalidad- es el punto inicial de un diagnóstico que se necesita realizar para poder construir un esquema corporal e imagen inconsciente del cuerpo colectivas.
Siendo conscientes de sus tenencias y carencias a nivel individual que se manifiestan por medio de un discurso con el otro, el cual originalmente dependió de su lazo histórico emocional con sus figuras parentales, los miembros del equipo de trabajo tendrán elementos significativos para el ofrecimiento de su mismisidad con el propósito de la obtención de los resultados esperados y auto-exigidos para ese colectivo.
Con la apertura emocional que el sujeto ha tenido con su historia, es capaz de hacerlo con los otros miembros del equipo de trabajo, a quienes requiere sentir como pares puesto que también están dando reciprocidad en cuanto al desarrollo de un ambiente propicio en la aparición de recuerdos emocionales, con capacidad de compartirlos en la medida que cada sujeto desee hacerlo y generar compromisos en el funcionamiento adecuado del equipo –normatividad interna, formas de evaluar y retroalimentar, espacios, integrativos, realización de procedimientos, comunicaciones internas y externas…-.
En este punto de interacciones profundas y con apertura emocional entre sus miembros, empieza a funcionar el engranaje del equipo –su corporalidad-, por lo cual se desarrolla una huella de memoria colectiva, la cual se podrá comunicar en caso que el equipo se nutra con un nuevo elemento.
Unos vínculos afectivos funcionales entre los miembros del equipo, forman una imagen inconsciente sana del colectivo. Imagen con estas características promueve la salud en cada sujeto y en la totalidad –salud entendida no solo desde la ausencia de enfermedad sino un estado de completo bienestar físico, mental y social-.
Salud emocional del equipo que podría disminuir los efectos negativos producto de tres situaciones con capacidad de desequilibrar emocionalmente el colectivo. Estas situaciones son etapas normales en el desarrollo de un equipo: la tormenta –etapa que sigue después de la formación-, la terminación de la tarea y la selección de otra.